Putin y Kim fortalecen la alianza militar en el contexto del conflicto en Ucrania

Putin y Kim fortalecen la alianza militar en el contexto del conflicto en Ucrania

Durante una conversación telefónica, ambos líderes ratificaron el acuerdo de cooperación militar firmado en 2024 y celebraron la presencia de tropas norcoreanas en el frente ruso, en vísperas del encuentro del mandatario ruso con Trump

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Política 12.08.2025

El Kremlin ha confirmado que el presidente ruso, Vladímir Putin, sostuvo una conversación telefónica con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en un contexto que se torna cada vez más relevante en el panorama geopolítico actual. Durante esta charla, Putin compartió información sobre los preparativos para la cumbre programada con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Alaska, el próximo 15 de agosto. Esta interacción no solo destaca la creciente relación entre Moscú y Pyongyang, sino que también subraya la cooperación militar que se ha establecido entre ambos países en medio del conflicto en Ucrania.


Putin aprovechó la ocasión para elogiar el apoyo norcoreano en la invasión de Ucrania, señalando la valentía de las tropas de Kim que, según informes, han estado combatiendo en la frontera de Kursk. La participación de entre 14,000 y 15,000 soldados norcoreanos en territorio ruso ha sido denunciada por analistas y servicios de inteligencia occidentales desde 2024. Esta cooperación militar no solo representa una escalada del conflicto en Ucrania, sino también un indicio preocupante de la internacionalización de un enfrentamiento que involucra a regímenes autoritarios, dispuestos a unirse para sostener la ofensiva rusa.


La conversación también abordó un hito significativo en la historia de Corea del Norte: el 80 aniversario de su liberación del colonialismo japonés. Kim describió este evento como un triunfo compartido, resaltando el papel del Ejército Rojo en dicha liberación. A través de esta narrativa, ambos líderes reafirmaron su compromiso con el acuerdo de cooperación estratégica firmado en julio de 2024, que incluye apoyo militar recíproco en caso de agresiones externas. Esta alianza, que se había mantenido en gran parte en las sombras, emerge ahora como un factor clave en la dinámica de poder regional y global.


La inminente cumbre entre Putin y Trump se presenta como un momento crítico. Desde el Kremlin, se ha presentado como una oportunidad para explorar un alto el fuego. Sin embargo, muchos analistas advierten que esta reunión podría estar destinada a discutir concesiones territoriales por parte de Ucrania, algo que el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, ha rechazado categóricamente. La negativa de Kiev a ceder territorio resalta la complejidad de cualquier negociación, especialmente si se lleva a cabo sin su participación activa.


La Unión Europea ha dejado claro que no aceptará un acuerdo que excluya a Ucrania, considerando que tal decisión podría debilitar el derecho internacional y enviar un mensaje peligroso a otros actores que contemplen el uso de la fuerza para alterar fronteras. La alta representante para Asuntos Exteriores de la UE, Kaja Kallas, enfatizó que cualquier solución debe incluir a Ucrania y a la propia Unión Europea, ya que se trata de una cuestión de seguridad continental.


En este contexto, la colaboración entre Rusia y Corea del Norte, que ha florecido en los últimos años, se vuelve aún más crucial. Pyongyang, aislado por sanciones internacionales, recibe de Moscú apoyo político y acceso a tecnología militar, mientras que proporciona mano de obra armada y municiones a cambio. Esta dinámica no solo refuerza la capacidad bélica de Rusia, sino que también plantea un desafío adicional para Washington, que debe equilibrar la contención de Rusia con la vigilancia de los movimientos de Corea del Norte.


Grupos de derechos humanos han expresado su preocupación por la alianza entre dos países con historiales de violaciones sistemáticas de derechos humanos. Tanto Rusia como Corea del Norte han sido acusados de abusos contra sus propias poblaciones, y esta colaboración militar podría interpretarse como un bloque que desafía las normas internacionales, generando un efecto dominó que puede tener implicaciones graves para la gobernanza global.


La referencia a la conmemoración de 1945 durante la llamada entre Putin y Kim es simbólica, pero no oculta la realidad de una cooperación bélica activa y efectiva. Si bien ambos líderes han expresado su intención de mantener contactos futuros, ya existe una agenda común que abarca no solo la guerra en Ucrania, sino también el desarrollo de mecanismos que les permitan eludir sanciones internacionales y consolidar un frente autoritario ante Occidente. Este acercamiento, que hace solo una década parecía improbable, ha cobrado fuerza a medida que ambos gobiernos enfrentan un creciente aislamiento internacional.


La conversación entre Putin y Kim es un recordatorio claro de que el conflicto en Ucrania ha trascendido sus fronteras. La implicación de Corea del Norte, junto con el respaldo político de Irán y el soporte económico y tecnológico de China, es un factor que reconfigura el mapa de alianzas globales. En este contexto, los expertos advierten que cualquier negociación que omita a Ucrania y que tolere la ocupación de su territorio podría establecer un precedente peligroso, legitimando la cooperación militar entre dictaduras para reconfigurar las fronteras reconocidas a través de la fuerza.

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