Sismos en Lima revelan vulnerabilidad y falta de cultura de aseguramiento en la ciudad

Sismos en Lima revelan vulnerabilidad y falta de cultura de aseguramiento en la ciudad

La capital del país volvió a sacudirse este martes, reportándose tres sismos. El primero registrado minutos antes del mediodía, el segundo por la tarde y uno tercero por la noche, ¿somos conscientes del peligro de un eventual terremoto?

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Seguros 05.12.2025

La reciente serie de sismos que sacudió Lima ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la capital peruana frente a un eventual terremoto de gran magnitud. Este martes, se registraron tres movimientos sísmicos, siendo el más fuerte de ellos de 4.9 grados en la escala de Richter, lo que ha reavivado el debate sobre la preparación y la seguridad de las viviendas en la ciudad. La Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg) ha lanzado una alarmante advertencia: más de medio millón de hogares podrían volverse inhabitables en caso de un sismo de grado siete o superior. Esto implicaría que cerca de 2 millones de limeños podrían perder su hogar.


Eduardo Chávez, gerente legal de Apeseg, destaca la grave situación en la que se encontrarían estas familias. “Considerando que en cada vivienda habitan aproximadamente cuatro personas, se estima que hasta 2 millones de ciudadanos se quedarían sin vivienda”, explicó. Esta cifra es particularmente preocupante, dado que la capacidad de respuesta del Gobierno ante una catástrofe de tal magnitud sería insuficiente. La población afectada no solo enfrentaría la pérdida de sus hogares, sino también la reconstrucción de infraestructuras vitales como carreteras, hospitales y escuelas.


El contexto sísmico de Lima es preocupante. Según datos del Instituto Geofísico del Perú (IGP), se registraron 798 sismos en 2024 y 764 en 2023, lo que refleja una tendencia de actividad sísmica continua en la región. La acumulación de movimientos telúricos, aunque algunos de baja magnitud, resalta la necesidad de una preparación adecuada ante un desastre inminente. Sin embargo, a pesar de esta realidad, las primas de seguros contra terremotos han experimentado una caída del 11% en lo que va del año, lo que ha llevado a una disminución en las ventas de pólizas de seguros.


Paolo Ormeño, vicepresidente de Riesgos Patrimoniales de Gallagher, sugiere que la baja en las primas se debe a dos factores principales: la disminución en los costos de reaseguro a nivel internacional y la fuerte competencia entre las aseguradoras locales. “La ausencia de huracanes significativos en los últimos años ha llevado a una mayor oferta de reaseguros, lo que a su vez ha reducido los precios”, explicó. A pesar de esta disminución, la cantidad de pólizas vendidas no ha logrado compensar la caída en los ingresos por primas.


Un aspecto crucial que se desprende de esta situación es la cultura del aseguramiento en el país. Según Chávez, solo el 12% de las personas que aseguraron su vivienda a través de una hipoteca continúan con la póliza después de que el préstamo es saldado. Esto es especialmente preocupante para los propietarios de departamentos en condominios, quienes se quedarían desprotegidos si deciden cancelar su seguro. La mayoría de las viviendas aseguradas corresponden a créditos hipotecarios, lo que significa que muchas familias no están conscientes de los riesgos que corren.


Además, la información de Apeseg revela que el 90% de las viviendas aseguradas cuentan con un seguro de terremoto adquirido por obligación, lo que implica que la cobertura se refiere únicamente a la infraestructura y no a los bienes personales del propietario. “La cultura de aseguramiento es escasa en nuestro país. Muchas personas prefieren arriesgarse en lugar de invertir en un seguro que no les ofrece retorno a menos que ocurra un siniestro”, afirmó Ormeño. Este enfoque tiene graves consecuencias, ya que en caso de un terremoto devastador, muchas familias perderían no solo su hogar, sino también todos los años de esfuerzo que invirtieron en pagar su hipoteca.


Desde Apeseg, se estima que un seguro de vivienda que cubra solo la infraestructura debería costar entre el 0.18% y el 0.2% del valor del inmueble. Por ejemplo, una vivienda valorada en S/200,000 podría tener una prima anual de aproximadamente S/400, una cifra que, en comparación con el potencial riesgo, es relativamente asequible. Sin embargo, la realidad muestra que solo el 3.3% de las viviendas en Perú están aseguradas, lo que resalta la falta de conciencia sobre la importancia de proteger los activos más valiosos de las familias.


Es vital que los limeños comprendan la urgencia de prepararse ante la posibilidad de un terremoto. La falta de preparación y de seguros adecuados podría resultar en una catástrofe humanitaria de grandes proporciones. Con una población tan vulnerable, es imperativo que se implementen campañas de concientización sobre la importancia del aseguramiento y la preparación ante desastres, para que los ciudadanos estén mejor equipados para enfrentar cualquier eventualidad.


La situación actual exige una reflexión profunda sobre la necesidad de una mayor cultura de prevención y aseguramiento en nuestra sociedad. Si bien los sismos son inevitables, las pérdidas que se pueden evitar gracias a una correcta preparación y cobertura aseguradora son invaluables. La seguridad de millones de habitantes de Lima podría depender de decisiones tomadas hoy, y es responsabilidad de todos actuar con previsión ante un futuro incierto.

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