El Parlamento iraní recomienda el cierre del estrecho de Ormuz a la espera de la decisión final del ayatolá Jamenei

El Parlamento iraní recomienda el cierre del estrecho de Ormuz a la espera de la decisión final del ayatolá Jamenei

Una interrupción de los flujos en esta zona pondría en graves aprietos no solo a Estados Unidos, sino también a Asia y a Europa y podría disparar los precios del crudo a 120 dólares por barril

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 22.06.2025

La reciente propuesta del Parlamento iraní para cerrar el estrecho de Ormuz ha desatado una ola de preocupación a nivel mundial. Este estrecho, que conecta el Golfo Pérsico con el Mar de Omán, es vital no solo para Irán, sino también para la economía global, ya que es el paso por donde transita aproximadamente el 20% del petróleo mundial. La decisión, que se encuentra a la espera de la aprobación del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, podría desencadenar una crisis energética de enormes proporciones.


El general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, ha dejado en claro que la recomendación se produce como una respuesta a los recientes ataques de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes. Esta escalada de violencia en la región podría tener repercusiones devastadoras no solo para Irán, sino para economías tan distantes como las de Estados Unidos, Asia y Europa. La simple amenaza de cierre ya ha comenzado a provocar un éxodo de buques de la región, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.


La producción de petróleo de Irán, que ronda los 3,3 millones de barriles diarios, se ve directamente relacionada con la estabilidad de los precios del crudo en los mercados internacionales. Si el estrecho se cierra efectivamente, se anticipa que los precios del petróleo podrían dispararse a cifras alarmantes, alcanzando hasta 120 dólares por barril. Esta alza no solo afectaría a los países importadores de petróleo, sino que también podría tener un efecto dominó en la inflación global y en la crisis energética que ya enfrentan muchas naciones.


La importancia del estrecho de Ormuz no puede subestimarse. Esta vía marítima de apenas 30 kilómetros de ancho es un punto crítico para la seguridad energética mundial. La interrupción de su funcionamiento podría desestabilizar no solo el comercio de petróleo, sino también la seguridad nacional de varios países. En España, por ejemplo, el 12% del petróleo consumido proviene de esta ruta, lo que destaca la interconexión entre las economías globales y el delicado equilibrio que se mantiene gracias a este paso.


Expertos como Warren Patterson, de ING Research, han anticipado que cualquier interrupción significativa del suministro de crudo podría empujar los precios a nuevos máximos históricos. Si la situación se prolonga hasta finales de año, el precio del Brent podría incluso superar los 150 dólares por barril, lo que representaría un golpe devastador para economías ya fatigadas por la recuperación de la pandemia y las crisis anteriores.


Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano, añade una dimensión más a la crisis potencial. La posibilidad de que Irán o sus aliados, como los hutíes, atenten contra instalaciones de exportación puede transformar esta disputa en un conflicto geopolítico de mayores proporciones. La inestabilidad en Oriente Medio no solo afectaría a la energía, sino que también podría alterar la seguridad militar y diplomática en la región, lo que, a su vez, tendría repercusiones globales.


La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos, y las naciones deben prepararse para las posibles consecuencias de un cierre del estrecho. Las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, podrían verse obligadas a reconsiderar sus estrategias en la región y a buscar soluciones diplomáticas para evitar un conflicto mayor. Sin embargo, la historia reciente ha demostrado que las negociaciones en torno a Irán son complejas y delicadas.


A medida que avanza el tiempo, la presión sobre el ayatolá Jamenei para que tome una decisión se intensifica. Cada movimiento se convierte en una jugada en un tablero de ajedrez geopolítico donde las piezas están en constante movimiento. La inestabilidad en el estrecho de Ormuz no solo es una cuestión de economía, sino también de seguridad y control territorial en una de las regiones más conflictivas del planeta.


En conclusión, el futuro del estrecho de Ormuz y la estabilidad del suministro global de petróleo penden de un hilo. La decisión que tome Irán en los próximos días podría marcar el rumbo de la economía mundial y modificar las relaciones de poder en el ámbito internacional. La esperanza es que la diplomacia prevalezca sobre la confrontación, evitando así una crisis que podría afectar a millones de personas en todo el mundo.

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