Tatiana Schlossberg comparte su lucha contra la leucemia y reflexiona sobre la vida

Tatiana Schlossberg comparte su lucha contra la leucemia y reflexiona sobre la vida

Tatiana Schlossberg Kennedy, nieta del expresidente, padece una leucemia mieloide aguda que, reconoce, le asegura un año más de vida.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Mundo 26.11.2025

Tatiana Schlossberg, nieta del ilustre presidente estadounidense John F. Kennedy, se enfrenta a una de las pruebas más duras de su vida: un diagnóstico de leucemia mieloide aguda con una mutación poco común que ha tomado por sorpresa a su familia y amigos. A sus 35 años, Schlossberg ha decidido abrirse sobre su lucha con esta enfermedad terminal, revelando tanto los temores como los momentos de reflexión que han acompañado su diagnóstico. En un ensayo titulado "Una batalla con mi sangre", publicado recientemente en The New Yorker, Tatiana comparte no solo su experiencia personal, sino también la complejidad de vivir con una enfermedad que ha cambiado radicalmente su vida.


El diagnóstico llegó en un momento de alegría para la familia Kennedy, justo después del nacimiento de su segunda hija. Lo que comenzó como un momento de felicidad se tornó rápidamente en una pesadilla cuando, tras el parto, los médicos realizaron pruebas que revelaron un alarmante recuento de glóbulos blancos. Este hallazgo fue el principio de una lucha contra el cáncer que ha obligado a Schlossberg a someterse a múltiples tratamientos, incluyendo quimioterapia y trasplantes de médula ósea. El relato de su experiencia es un testimonio conmovedor del dolor y la incertidumbre que conlleva enfrentarse a una enfermedad terminal.


En su ensayo, Tatiana refleja sobre los recuerdos que ha evocado su diagnóstico. "Cuando te estás muriendo, al menos según mi limitada experiencia, empiezas a recordarlo todo", escribe, sugiriendo que su mente está revisitando momentos significativos de su vida probablemente con la intención de almacenarlos antes de que se pierdan. Esta introspección es un elemento poderoso en su relato, mostrando cómo el tiempo se convierte en una consideración primordial cuando uno se enfrenta a la mortalidad.


El contexto familiar de Schlossberg añade una capa de complejidad a su historia. La familia Kennedy ha sido históricamente marcada por la tragedia, lo que ha llevado a muchos a referirse a la "maldición Kennedy". Desde el asesinato de su abuelo en 1963 hasta la serie de muertes prematuras que han afectado a sus miembros, el legado familiar es tanto histórico como personal. Tatiana es consciente de este trasfondo y lo menciona en su ensayo, reflexionando sobre la pesada carga que siente al agregar su propia tragedia a la historia familiar.


A pesar de la gravedad de su situación, Schlossberg muestra una notable resiliencia. Con un estilo de vida activo y saludable, la noticia de su enfermedad fue un shock absoluto. La periodista, que ha sido reconocida por su trabajo en temas ambientales, relata cómo el día anterior a su diagnóstico había nadado una milla, sintiéndose en plena forma y sin ninguna señal de enfermedad. Su historia destaca la sorprendente naturaleza del cáncer y cómo puede afectar incluso a las personas que parecen estar en la mejor salud.


La familia y el esposo de Schlossberg, el médico George Moran, han sido pilares fundamentales en su lucha contra el cáncer. En sus palabras, se siente agradecida por el apoyo incondicional que ha recibido, y no duda en señalar la importancia de tener a un compañero comprensivo y solidario en momentos de crisis. La dedicación de su esposo, que ha estado a su lado durante el tratamiento y ha asumido responsabilidades en el cuidado de sus hijos, es un recordatorio del papel crucial que juega el amor y la familia en momentos de adversidad.


Tatiana también se enfrenta a la dura realidad de ser madre en una situación tan precaria. Con dos hijos pequeños, su mayor temor es que no puedan recordar su presencia, lo que la ha llevado a documentar momentos significativos de su vida cotidiana con ellos. Esta preocupación por el legado emocional que dejará es palpable en su ensayo, destacando el profundo deseo de ser recordada no solo como la mujer que luchó contra una enfermedad, sino como la madre amorosa que fue.


Su historia ha resonado en muchos, generando una mezcla de incredulidad y admiración. La valentía de Schlossberg al compartir su experiencia ha sido aclamada, y su enfoque en la atención médica también ha resaltado las desigualdades en el sistema de salud del país. Al hacerlo público, ella no solo narra su propia batalla, sino que también aboga por una mayor conciencia sobre la atención oncológica y la importancia de los avances médicos.


A medida que avanza su tratamiento y continúa reflexionando sobre su vida, Tatiana Schlossberg se ha convertido en un símbolo de resiliencia y esperanza. A pesar del diagnóstico devastador y de la historia familiar que la precede, su disposición para hablar abiertamente sobre su enfermedad está inspirando a otros a enfrentar sus propios desafíos con valentía. Su viaje no es solo un relato de lucha; es también un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de valorar cada momento.


En un mundo donde las historias de enfermedades a menudo se tratan con un enfoque distante, Schlossberg ha roto con ese molde, convirtiéndose en una voz poderosa que invita a la reflexión y a la empatía. Su legado, independientemente de lo que el futuro le depare, será sin duda uno de coraje, amor y una búsqueda inquebrantable de significado en medio de la adversidad. Aunque su tiempo pueda ser limitado, su mensaje resuena y perdura, recordándonos a todos la importancia de vivir plenamente y de valorar cada día.

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