Petro moviliza a sus bases en Cali para defender consulta popular y reformas laborales

Petro moviliza a sus bases en Cali para defender consulta popular y reformas laborales

El presidente de Colombia firma un decreto para hacer su consulta popular pese a que decenas de juristas lo han señalado de ser inconstitucional

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 12.06.2025

En un emotivo mitin en la ciudad de Cali, el presidente Gustavo Petro volvió a tomar las riendas de la ofensiva política, convocando a cientos de seguidores a respaldar su controvertido decreto que busca impulsar una consulta popular sobre reformas laborales y sanitarias, a pesar de que el Senado ya había rechazado la iniciativa. En un ambiente cargado de fervor, la multitud coreó “reelección, reelección, reelección”, mientras Petro enfatizaba que, aunque la reelección está prohibida, lo que realmente busca es que se “reelija el proyecto del cambio” en Colombia.


La insistencia de Petro en llevar adelante esta consulta popular ha suscitado críticas y preocupaciones, incluso entre algunos sectores que tradicionalmente han respaldado su gobierno. A pesar de que el mandatario argumenta que su propuesta refleja una "necesidad categórica" de la sociedad colombiana, varias organizaciones no gubernamentales y académicas han manifestado su desacuerdo, pidiendo al presidente que no prosiga con esta iniciativa. Entre los firmantes de la carta que critica el decreto, se encuentran entidades de renombre como Dejusticia y la Comisión Colombiana de Juristas, que alertan sobre los riesgos legales de esta convocatoria.


Uno de los puntos más controvertidos de su discurso fue sin duda la respuesta del presidente a la reciente ola de violencia, que incluyó un atentado contra el precandidato opositor Miguel Uribe Turbay. Aunque Petro había decidido suspender temporalmente su decreto tras el ataque, su pausa fue breve, pues en solo cuatro días volvió a convocar a la consulta. A lo largo de su discurso, el presidente sostuvo que su intención no es generar más divisiones, pero su retórica ha sido interpretada como incendiaria, especialmente en un contexto político tan delicado.


El escenario se volvió aún más complejo con la inminente votación de una reforma laboral en el Senado, que había sido rechazada previamente pero que ahora resurgía como una respuesta a la creciente presión popular por mejoras en los derechos laborales. Petro no perdió la oportunidad de criticar a los senadores por no apoyar su propuesta original, argumentando que la reforma presentada por el Legislativo no satisface las necesidades del pueblo trabajador. “Se dedicaron a impedir las leyes que necesita el pueblo”, sentenció, dejando claro que su descontento con la situación es profundo.


A pesar de la controversia y el rechazo que ha suscitado su decreto, el presidente Petro mostró su capacidad para movilizar a sus bases, congregando a sindicatos, grupos indígenas y estudiantes en su defensa del decreto. Durante su discurso, no solo reafirmó su postura sobre la consulta, sino que también se mostró crítico con aquellos que intentan deslegitimar su propuesta. La insistencia del mandatario en canalizar la voz del pueblo a través de mecanismos democráticos, incluso en el contexto de una posible impugnación de su decreto por la Corte Constitucional, refleja su determinación por no cejar en su empeño.


A medida que la tensión política aumentaba, Petro también se tomó un momento para expresar su solidaridad con el senador Uribe, quien permanece en estado crítico tras el atentado. “Es hora de que la comunidad internacional se involucre”, afirmó, sugiriendo la necesidad de una Comisión de Investigación Judicial Independiente de las Naciones Unidas para esclarecer las amenazas a líderes políticos y sociales en Colombia. No obstante, su discurso tomó un giro inesperado al involucrar al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en una supuesta conspiración en su contra, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a la narrativa política.


Sin embargo, la percepción pública sobre la consulta popular y la posibilidad de que Petro active la Asamblea Nacional Constituyente generan inquietud en amplios sectores de la población. La idea de una reelección o de un cambio estructural en la Constitución desencadena temores en la oposición y entre algunos ciudadanos que ven en estas medidas una amenaza a la democracia. A pesar de esto, el presidente reafirma que la consulta es necesaria y que, si se viera obstaculizada, se movilizaría el apoyo popular para llevarla a cabo.


En un momento crucial para su administración, Petro enfrenta un desafío monumental: equilibrar su deseo de implementar cambios profundos en la estructura laboral y social del país con la necesidad de mantener la estabilidad política y el apoyo ciudadano. Su retórica desafiante, aunque efectiva para movilizar a sus bases, también puede ser interpretada como un riesgo en un momento en que la violencia política parece estar en aumento.


El futuro inmediato de la política colombiana se presenta lleno de incertidumbres, y con las elecciones de 2026 a la vista, la estrategia de Petro parece estar enfocada en consolidar su legado a través de reformas que, según él, son indispensables para el bienestar del país. Sin embargo, la oposición y las preocupaciones legales sobre su decreto podrían complicar aún más su agenda. Así, el presidente continúa su lucha por dejar una huella indeleble en la historia política de Colombia, mientras enfrenta el desafío de navegar un panorama político fragmentado y volátil.

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