Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Diego Santilli, candidato a diputado nacional por el Frente de La Libertad Avanza, ha calificado la reciente filtración de supuestos audios de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, como un hecho de “gravedad monumental”. En declaraciones radiales, el político advierte sobre la existencia de “grupos de poder de inteligencia” que podrían estar detrás de estas maniobras y ha exigido que se tome acción legal contra los responsables, señalando que “hay que meterlos en cana”.
La filtración, ocurrida en un clima electoral caldeado, ha desatado un debate sobre el espionaje y la manipulación política en Argentina. Santilli considera que este tipo de operaciones son habituales cada vez que se acerca una elección, lo que pone en duda la integridad del proceso democrático. “Siempre pasa lo mismo. Quince días antes de que comience una elección aparecen estas operaciones”, afirmó en su entrevista con Radio Mitre.
Recordando episodios pasados de espionaje, Santilli hizo referencia a casos como el de Enrique Olivera, quien fue falsamente acusado de omitir declaraciones de cuentas en el exterior. A su juicio, este patrón de ataques orquestados busca desestabilizar a figuras políticas que intentan hacer las cosas de manera diferente. El exvicejefe de Gobierno porteño ha insistido en la necesidad de investigar a fondo estos incidentes y sancionar a quienes están detrás de ellos.
El candidato no se detuvo en su condena de la filtración; también advirtió sobre la grave posibilidad de que se hayan instalado micrófonos en la Casa Rosada. “¿De qué estamos hablando? ¿De que le pusieron micrófonos? Es gravísimo”, expresó Santilli, argumentando que solo un grupo de inteligencia con acceso especial podría llevar a cabo tales acciones. Este tipo de actividad, sostiene, no debe ser tolerado en una democracia.
A pesar de la polémica, Santilli reafirmó su respaldo a la gestión de Javier Milei, destacando que el presidente y su equipo están comprometidos con implementar cambios significativos en el país. Mencionó que la administración ha tomado decisiones difíciles para combatir la inflación, equilibrar las cuentas fiscales y liberar las calles del crimen. Según él, estos logros son un desafío para aquellos que intentan socavar el gobierno.
En esta misma línea, el candidato concluyó que la sociedad argentina es consciente de los intentos de manipulación política que surgen en tiempos electorales. “La gente no es zonza”, afirmó, subrayando que los ciudadanos son capaces de distinguir entre operaciones malintencionadas y acciones concretas que benefician al país. Santilli expresó su confianza en que el gobierno nacional y su partido obtendrán victorias contundentes en las próximas elecciones, respaldando su afirmación con percepciones recogidas en la calle.
Desde el entorno del gobierno, se ha calificado la filtración de audios como un caso de espionaje ilegal, similar a incidentes previos como el de Diego Spagnuolo, extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad. Aunque existen diferencias internas dentro de las facciones libertarias, la situación ha logrado unirlas bajo una misma narrativa: que se trata de un ataque coordinado contra el Ejecutivo en un momento crítico para la política argentina.
Los audios filtrados, según han indicado algunos funcionarios, parecen ser de los primeros días de la gestión de Milei. En ellos, se discuten temas internos sobre pagos adicionales y horas extra, pero se descarta la posibilidad de que provengan de “fuego amigo”. Esta falta de precedente en la historia reciente del país ha generado inquietud y una fuerte reacción por parte de quienes piensan que el episodio no puede quedar impune.
En medio de esta tormenta política, los ciudadanos argentinos se encuentran en una encrucijada. Las elecciones se acercan, y la manipulación de información y los ataques entre facciones políticas amenazan con empañar el debate democrático. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegarán los grupos de poder en su búsqueda por controlar la narrativa política en el país?
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