Adquisición de Gripen en Colombia genera tensión y dilemas en Perú

Adquisición de Gripen en Colombia genera tensión y dilemas en Perú

El 9 de julio de 2025, el ministro de Defensa de Suecia, Pal Jonson, le mostró el avión Gripen a Gustavo Petro y un día después vino a Lima para reunirse con el Ministro de Defensa de Perú.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 12.08.2025

El reciente anuncio del presidente colombiano Gustavo Petro respecto a la adquisición de aviones caza Gripen ha generado un debate significativo en la región, particularmente en Perú. Durante una visita a Leticia, Petro se subió por primera vez al modelo Gripen E, fabricado por la empresa sueca Saab, y defendió vehementemente la decisión de su gobierno, argumentando que esta modernización de la fuerza aérea fortalecerá la seguridad de su país. Sin embargo, la elección de este mismo modelo por parte de Perú ha llevado a cuestionamientos sobre la pertinencia de esta decisión en el contexto de la creciente tensión entre ambos países.


El ministro de Defensa de Suecia, Pål Jonson, quien acompañó a Petro en su exhibición del Gripen, también se mostró optimista sobre la colaboración entre Suecia y Colombia. Afirmó que la llegada de estos cazas mejorará la seguridad y permitirá a Colombia estar mejor preparada para enfrentar los desafíos futuros. No obstante, el hecho de que Perú haya optado por el mismo modelo ha suscitado inquietudes en el sector defensa peruano. ¿Es prudente que Perú adquiera un avión que también será operado por un país que ha mostrado actitudes beligerantes en los últimos meses?


Colombia ha decidido adquirir 16 unidades del Gripen E, con un tiempo estimado de entrega que se prevé entre finales de 2026 y principios de 2027. Esto plantea un dilema para Perú, que debe considerar si seguir adelante con su compra del mismo modelo o explorar otras opciones disponibles, como el Rafale de Francia o el F-16 de Estados Unidos. La situación se complica aún más por la dinámica de producción y entrega, ya que los acuerdos establecidos con Saab sugieren que Perú podría quedar al final de la cola en términos de suministro.


La posibilidad de que los Gripen E de Colombia lleguen primero plantea una serie de interrogantes sobre la capacidad de Perú para mantener su seguridad aérea. De acuerdo con expertos militares, insistir en la compra de los Gripen en este contexto podría significar una desventaja táctica para la Fuerza Aérea Peruana (FAP). Esto se ve reflejado en las preocupaciones expresadas por el comandante general de la FAP, quien ha señalado que la compra debe ser estratégica y centrarse en la necesidad de fortalecer las capacidades operativas del país frente a amenazas crecientes.


A pesar de la firma inminente del acuerdo con Saab, las voces críticas han comenzado a alzarse. Personalidades del ámbito militar han expresado que la compra de aviones Gripen puede no ser la solución más adecuada, dado que no han sido probados en combate en otras naciones que ya los utilizan. La falta de familiaridad de los pilotos peruanos con este tipo de aeronave se ha convertido en un punto central del debate, cuestionándose la viabilidad de adquirir un modelo cuyo uso se ha limitado principalmente a ejercicios de entrenamiento y no a conflictos reales.


Adicionalmente, algunos analistas sugieren que Perú debería considerar opciones más estratégicas que vayan más allá de la compra de aviones de combate. La repotenciación de la aviación de transporte militar ha sido mencionada como un aspecto crucial que no debe ser descuidado en el actual contexto de seguridad. Con el auge de organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico y la minería ilegal, es fundamental para el Perú contar con una fuerza aérea que no solo pueda combatir estas amenazas, sino que también garantice el control y la vigilancia de su extenso territorio.


En este escenario, la propuesta de adquirir los F-16 de Estados Unidos ha cobrado fuerza, ya que estos aviones, aunque usados, podrían garantizar una alianza estratégica con un socio como EE. UU., que ofrece no solo hardware militar, sino también soporte técnico y entrenamiento para los pilotos peruanos. Esta alianza podría resultar más ventajosa en términos de seguridad y colaboración a largo plazo.


Las negociaciones con Saab también han generado incertidumbre sobre el cumplimiento de los plazos de entrega, lo que ha llevado a la FAP a expresar su preocupación. La falta de respuesta clara por parte de Saab ante las inquietudes sobre posibles demoras ha alimentado aún más el escepticismo sobre la idoneidad de seguir adelante con la adquisición de los Gripen.


Mientras Perú evalúa sus opciones, la situación se torna cada vez más compleja. La presión para modernizar la fuerza aérea está en aumento, pero las decisiones que se tomen en este ámbito deberán considerar no solo las capacidades técnicas de los aviones, sino también el contexto geopolítico en el que se desarrollan. La seguridad nacional de Perú en los próximos años dependerá de decisiones estratégicas que sean capaces de responder a un entorno en constante cambio.

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