Guillermo del Toro deslumbra en Venecia con "Frankenstein" y provoca ovaciones

Guillermo del Toro deslumbra en Venecia con "Frankenstein" y provoca ovaciones

La nueva versión de un clásico del cine de terror dejó en segundo plano la protesta pro-palestina que convocó a cientos de personas - LA NACION

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Mundo 01.09.2025

La cuarta jornada del 82° Festival de Cine de Venecia quedó marcada por la proyección de “Frankenstein”, la nueva obra maestra de Guillermo del Toro, quien ha logrado cautivar al público y a la crítica por igual. La película, que ha sido producida por Netflix con una inversión monumental de 120 millones de dólares, se presentó en la Sala Grande del festival, donde los espectadores se rindieron ante un espectáculo visual que ha sido calificado como “una experiencia fílmica enorme”. Este entusiasmo se tradujo en una ovación que duró entre 13 y 15 minutos, un hito que la convierte en uno de los momentos más destacados del evento.


El eco de esta ovación resonó en el festival, eclipsando otras actividades y manifestaciones que también tenían lugar en Venecia. Entre ellas, una marcha pro-palestina que reunió a unos 700 manifestantes, quienes se acercaron en embarcaciones con la intención de llegar hasta la famosa alfombra roja. Aunque sus esfuerzos fueron limitados por un fuerte despliegue policial, la presencia de los manifestantes resaltó la tensión social y política que envuelve al festival este año.


La protesta, que tuvo lugar en un contexto de creciente preocupación por la situación en Gaza, incluyó una serie de símbolos, como barcos de papel en los colores de la bandera palestina, que fueron desplegados en la plaza Santa Maria Elisabetta. Sin embargo, el acto no logró captar la atención del público como lo hizo la nueva versión de “Frankenstein”, la cual se ha convertido en un punto de referencia cinematográfico en un festival tradicionalmente centrado en el arte de la filmación.


A medida que se desarrollaba el festival, la atención del público se desvió del conflicto en Medio Oriente hacia el mundo de la cinematografía. La proyección de “Frankenstein” se llevó a cabo en un ambiente donde las tensiones políticas se sentían en el aire, pero el magnetismo de la producción de del Toro logró unir a los asistentes en una experiencia compartida. Las declaraciones del director, quien ha descrito su película como una exploración de la humanidad y la imperfección, reflejan una visión artística que trasciende la simple narración de una historia clásica.


Del Toro, quien ha soñado con llevar la historia de Frankenstein a la pantalla desde su infancia, explicó que su versión no es solo una adaptación de la novela de Mary Shelley, sino una narrativa profundamente personal. “Quería que la criatura fuera un recién nacido, casi frágil y traslúcido”, comentó el director, sugiriendo que su obra es una meditación sobre la complejidad de las relaciones humanas y los desafíos de la paternidad.


Sin embargo, a pesar de los aplausos y la atención mediática, la realidad es que “Frankenstein” se estrenará en una plataforma de streaming, lo que plantea cuestiones sobre la experiencia de ver una película de tal envergadura en un entorno doméstico. La película, que ha sido diseñada para ser disfrutada en la pantalla grande, se encuentra en un dilema: aunque Netflix ha permitido que del Toro realice su visión, el acceso del público a esta obra maestra se verá limitado en comparación con la experiencia colectiva de su proyección en un cine.


En medio de este debate, las voces en el mundo del cine italiano se están dividiendo en torno a las manifestaciones políticas que han surgido en el festival. Algunos directores y actores han expresado su desacuerdo con la exclusión de ciertas personalidades del festival debido a sus posturas, lo que ha generado un intenso diálogo sobre la libertad de expresión en el arte. El destacado director Ferzan Ozpetek y el popular actor Carlo Verdone han defendido la necesidad de mantener un foro de discusión y tolerancia en el ámbito cinematográfico.


El festival de Venecia, que ha sido un punto de encuentro para cineastas de todo el mundo, se encuentra ahora en la encrucijada entre celebrar el arte y confrontar las realidades políticas que afectan a la sociedad. La presencia de “Frankenstein” ha ofrecido a los asistentes un respiro en medio de la agitación, pero también ha planteado preguntas sobre el papel del cine en la expresión de la humanidad en tiempos de conflicto.


Mientras tanto, la crítica especializada ha elogiado la producción de “Frankenstein” como un hito que promete destacar en la próxima temporada de premios. Con sus impresionantes efectos visuales y una narrativa que invita a la reflexión, la película se perfila como una de las grandes contendientes en los próximos galardones. Sin embargo, se plantea la interrogante de cómo una obra de tal magnitud será recibida por el público mayoritario en un formato de streaming que no hace justicia a su magnificencia.


En última instancia, el festival de Venecia este año ha sido un espejo de las complejidades del mundo contemporáneo, donde el arte, la política y la tecnología se entrelazan. La ovación a “Frankenstein” de Guillermo del Toro es un testimonio del deseo colectivo de encontrar belleza y humanidad en medio de la adversidad, pero también un recordatorio de las limitaciones del formato en el que muchos espectadores finalmente verán la película. La historia de Frankenstein continúa desafiando nuestras concepciones de lo que significa ser humano, y quizás, en última instancia, esa es la mayor lección que nos deja este festival.

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