Israel ante el dilema de atacar Irán sin respaldo estadounidense y sus riesgos

Israel ante el dilema de atacar Irán sin respaldo estadounidense y sus riesgos

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Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 21.06.2025

La reciente decisión del presidente Donald Trump de aplazar un ataque estadounidense contra Irán ha colocado a Israel en una posición comprometida y peligrosa. Las expectativas de los funcionarios israelíes estaban centradas en recibir apoyo militar estadounidense para asestar un golpe decisivo al centro de enriquecimiento nuclear de Fordow, un objetivo estratégico que se encuentra resguardado en las profundidades de las montañas iraníes. Sin embargo, la prolongación de la incertidumbre ha generado un dilema que afecta tanto a la seguridad nacional de Israel como a su estabilidad económica.


La instalación de Fordow, una de las más críticas para el programa nuclear iraní, representa un desafío monumental. Las capacidades militares israelíes, aunque robustas, carecen de los recursos necesarios para llevar a cabo una operación efectiva sin el respaldo estadounidense. La espera, ahora extendida hasta dos semanas según el anuncio de Trump, acarrea riesgos palpables para el sistema de defensa antiaérea israelí, que ya está sometido a una presión intensa.


Con cada día que pasa, las reservas de interceptores de misiles de Israel se ven comprometidas, lo que lleva a un escenario en el que la protección de áreas cruciales debe priorizarse. Esto no solo pone en riesgo la seguridad de sus ciudadanos, sino que también aumenta la vulnerabilidad de infraestructuras críticas frente a los ataques de misiles balísticos provenientes de Irán. La posibilidad de que misiles alcancen zonas urbanas densamente pobladas se convierte en una preocupación cada vez más apremiante.


La situación actual también trae consigo un impacto económico significativo. Con el cierre del espacio aéreo y la interrupción de actividades comerciales, el costo de la guerra se eleva a niveles preocupantes. La reanudación de vuelos comerciales y la revitalización de la economía israelí dependen de una resolución rápida del conflicto. La presión sobre el gobierno de Netanyahu aumenta, ya que la opinión pública y las empresas esperan una respuesta decisiva.


Frente a esta encrucijada, Israel enfrenta varias opciones, cada una de ellas cargada de riesgos. Una alternativa sería atacar Fordow de manera unilateral, lo que implicaría un lanzamiento a ciegas con recursos limitados que podrían no lograr el daño esperado. Algunos analistas sugieren que realizar un sabotaje por medio de comandos podría ser una estrategia viable, aunque también de alto riesgo y probablemente menos efectiva que una intervención coordinada con Estados Unidos.


El primer ministro Netanyahu ha insinuado la posibilidad de una acción unilateral, sugiriendo que Israel tiene la capacidad de alcanzar todos sus objetivos nucleares. Sin embargo, expertos como Itamar Rabinovich advierten que lo que Israel puede lograr por sí solo es significativamente inferior a las capacidades militares de Estados Unidos. "Si pudiéramos hacer lo que Estados Unidos, ya lo habríamos hecho", afirmó, reflejando la complejidad del dilema.


Otra opción contemplada sería poner fin a las hostilidades sin atacar Fordow. No obstante, esta elección dejaría intacto un componente fundamental del programa nuclear iraní, con el riesgo latente de que Irán desarrolle una bomba nuclear que amenace directamente a Israel. La postura actual del gobierno israelí, que habla de colapsar el régimen iraní y eliminar a su líder, el ayatolá Khamenei, sugiere una intención de continuar la ofensiva, a pesar de las incertidumbres.


Internamente, la opinión pública israelí parece respaldar la campaña militar, con encuestas que muestran un aumento en el apoyo al partido de Netanyahu tras el ataque a Irán. Este respaldo podría influir en la toma de decisiones del gobierno, llevándolo a optar por una ofensiva más agresiva, en lugar de esperar a Trump. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la presión sobre el gabinete de Netanyahu se intensificará, impulsando la necesidad de una decisión clara y efectiva.


A medida que el conflicto se prolonga y el escenario se complica, la estrategia de Israel se convierte en un delicado equilibrio entre atacar unilateralmente y esperar el apoyo estadounidense. Cualquiera que sea el camino elegido, Israel se enfrenta a un futuro incierto, donde la amenaza nuclear de Irán sigue latente y el riesgo de un conflicto aún mayor es inminente. La situación requiere no solo valor militar, sino también una planificación estratégica cuidadosa que considere las repercusiones a largo plazo para la región y para la propia Israel.

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