Trump entrega a Zelenski su plan de paz pactado con Putin que le obliga a ceder territorios y reducir su Ejército

El reciente desarrollo en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto entre Ucrania y Rusia ha tomado un giro inesperado. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha recibido una propuesta de paz elaborada en conjunto entre Estados Unidos y Rusia, la cual ha suscitado una gran controversia. Este plan, de 28 puntos, incluye concesiones territoriales significativas por parte de Ucrania, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad y equidad de tales medidas.

La propuesta fue entregada por emisarios estadounidenses y plantea una serie de concesiones, entre las que destaca la desmilitarización de la región del Donbás, actualmente ocupada en gran medida por fuerzas rusas. Además, se solicita a Ucrania que reduzca su ejército a la mitad, lo que podría limitar su capacidad de defensa y su futuro en organismos internacionales como la OTAN. Esta propuesta representa una línea roja para muchos en Kiev, ya que la soberanía territorial y la integridad del país son prioritarias en la agenda política ucraniana.

Por su parte, el plan establece que Rusia devolvería a Ucrania las regiones de Jersón y Zaporiyia, que fueron anexadas por Moscú a través de un referéndum ampliamente cuestionado en 2022. La única exigencia concreta a Rusia hasta ahora es una medida que, aunque significativa, se siente insuficiente en comparación con las importantes concesiones que se demandan a Ucrania. La situación pone de manifiesto la complejidad de las negociaciones y las disparidades en las expectativas de cada lado.

Steve Witkoff, representante especial de Trump para Rusia, y el emisario económico del Kremlin, Kiril Dmítriev, han mantenido conversaciones sobre este plan en Miami, lo que ha llevado al Kremlin a expresar que sus demandas están siendo escuchadas. La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, ha insistido en que está negociando de manera equitativa con ambas naciones, pero las reacciones en Ucrania sugieren que esta afirmación puede no ser del todo precisa.

La visita reciente de una delegación del Pentágono a Kiev, encabezada por el secretario del Ejército, Dan Driscoll, pone en relieve el interés de Estados Unidos en la situación sobre el terreno. Zelenski, en reuniones con altos funcionarios estadounidenses, ha reiterado la importancia de un enfoque que respete los principios fundamentales de Ucrania para alcanzar un acuerdo justo. Sin embargo, la falta de reacciones firmes desde el gobierno ucraniano sobre el plan de paz indica que se están considerando todas las opciones antes de tomar una decisión.

Desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha evitado confirmar o desmentir la propuesta de paz, pero ha insinuado que el diálogo sigue siendo posible. Las ambigüedades en las declaraciones rusas reflejan una estrategia de acercamiento sin comprometerse a cambios tangibles. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención, esperando que las negociaciones puedan avanzar hacia un desenlace pacífico.

La respuesta europea ha sido contundente. Kaja Kallas, Alta Representante de la UE para Exteriores, ha subrayado que cualquier acuerdo de paz debe incluir a los ucranianos y a Europa, así como concesiones por parte de Rusia. En este punto, la postura de Alemania ha sido especialmente crítica, calificando el plan como "inaceptable". La preocupación radica en que este tipo de propuestas podrían dar a Rusia el reconocimiento de objetivos que no ha podido alcanzar militarmente.

El gobierno alemán, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, ha mantenido conversaciones con representantes estadounidenses sobre el plan, señalando que cualquier acuerdo que no contemple un equilibrio justo sería inaceptable. La insistencia en que la paz debe ser justa y duradera se ha convertido en un mantra para los líderes europeos, que ven en la situación ucraniana una amenaza no solo para la región, sino para la estabilidad global.

La propuesta de paz, aunque presentada como un camino hacia la diplomacia, refleja las tensiones intrínsecas entre las expectativas de Ucrania y las demandas de Rusia. La comunidad internacional, y especialmente los aliados de Ucrania, deberán estar atentos a cómo evoluciona esta situación. La búsqueda de la paz no debe, bajo ninguna circunstancia, resultar en la capitulación de un estado soberano ante las agresiones de otro. La historia reciente nos ha enseñado que la paz sin justicia es una ilusión frágil, y es fundamental que el enfoque hacia Ucrania se mantenga en la búsqueda de un acuerdo que respete su integridad territorial y derechos soberanos.