Israel habría instado a EE.UU. a unirse a la guerra contra Irán

Israel habría instado a EE.UU. a unirse a la guerra contra Irán

La petición al respecto le fue trasmitida a la Casa Blanca en las últimas 48 horas, reporta Axios citando a sus fuentes.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 14.06.2025

En las últimas 48 horas, la tensión en el Medio Oriente ha alcanzado un nuevo punto crítico, tras la revelación de que Israel ha instado a Estados Unidos a unirse a la ofensiva militar contra Irán. Según un informe de Axios, basado en información de funcionarios israelíes, la petición se centra en la necesidad de eliminar el programa nuclear iraní, específicamente la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow, que se encuentra estratégicamente ubicada en una montaña y a gran profundidad.


Israel, que ha llevado a cabo varias operaciones militares en el país persa, se enfrenta a limitaciones significativas en su capacidad para realizar un ataque efectivo en Fordow. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no poseen los sofisticados bombarderos ni las bombas antibúnkeres necesarias para llevar a cabo una misión de tal envergadura. Por el contrario, Estados Unidos cuenta con estos recursos a una distancia relativamente corta de Irán.


La solicitud de Israel no es nueva; ha sido planteada a funcionarios estadounidenses desde el inicio de la actual escalada de violencia. Un interlocutor revela que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha recibido señales de que el presidente Donald Trump podría considerar la opción de unirse a la ofensiva, si la situación lo requiere. Sin embargo, la Casa Blanca ha negado enérgicamente que exista una intención de involucrar a Estados Unidos en un conflicto militar directo en este momento.


A pesar de la negativa de la Casa Blanca, un alto funcionario hizo hincapié en que, aunque los ataques israelíes son inevitables en la situación actual, hay espacio para la negociación. Este funcionario sugirió que la paz en la región es posible, siempre y cuando Irán decida renunciar a su programa de armas nucleares. Esta declaración subraya la delicada balanza en la que se encuentra la política exterior estadounidense, atrapada entre el apoyo a su aliado israelí y la necesidad de evitar una escalada militar que podría llevar a un conflicto regional más amplio.


La situación se intensificó en la madrugada del 13 de junio cuando Israel lanzó un ataque contra diversas instalaciones en Irán, incluyendo infraestructuras nucleares y militares. Netanyahu describió la operación como "muy exitosa", asegurando que los ataques golpearon el "corazón" del programa nuclear iraní. Sin embargo, la respuesta de Irán no se hizo esperar. En un ataque coordinado, las fuerzas iraníes lanzaron una represalia masiva contra Israel, apuntando especialmente a áreas de alta densidad poblacional como Tel Aviv y Jerusalén.


Las defensas israelíes, en su mayoría eficaces, lograron interceptar varios de los proyectiles iraníes. Sin embargo, algunos misiles lograron impactar, generando preocupación entre la población y difundiendo videos de los daños en redes sociales. La retórica de Irán ha sido igualmente escalofriante, advirtiendo que cualquier daño a sus instalaciones nucleares podría tener consecuencias radiológicas que afectarían no solo a Irán, sino a toda la región y más allá.


Las acciones de Israel han suscitado una ola de condenas internacionales. Rusia y China, junto con varias naciones de América Latina y del mundo islámico, han criticado los ataques, considerándolos "no provocados" y "rotundamente inaceptables". Estos países han instado a una solución pacífica y a una mediación internacional que evite una mayor escalada de la tensión en la región.


El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ofrecido su disposición a mediar en la crisis, un movimiento que podría ser crucial dado el impacto geopolítico de los eventos actuales. La posibilidad de que esta situación se convierta en un conflicto más amplio no solo preocupa a las naciones directamente involucradas, sino que también plantea interrogantes sobre la estabilidad regional y global.


Este complejo entramado de políticas y acciones militares subraya la fragilidad de la paz en el Medio Oriente, donde la historia, la religión y la política se entrelazan en un conflicto que ha demostrado ser incesante. A medida que Israel y sus aliados consideran sus próximos movimientos, el mundo observa con cautela, consciente de que cualquier decisión errónea podría tener repercusiones catastróficas.

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