Rodrigo Paz Pereira y Jorge 'Tuto' Quiroga en segunda vuelta

Las elecciones generales en Bolivia han dejado un panorama político transformado, con la confirmación de que Rodrigo Paz Pereira y Jorge 'Tuto' Quiroga se enfrentarán en una segunda vuelta el próximo 19 de octubre. Con el 95,4 % de las actas computadas, los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) indican que Paz Pereira lidera con el 32,14 % de los votos, seguido de Quiroga, quien obtuvo un 26,81 %. Esta situación marca un hito en la historia democrática del país, ya que es la primera vez que se celebra una segunda vuelta presidencial desde la promulgación de la Constitución en 2009.

La razón detrás de esta inédita segunda vuelta radica en que ningún candidato alcanzó el umbral del 50 % de los votos válidos, ni el 40 % con una diferencia de diez puntos sobre su más cercano competidor. Este hecho no sólo es significativo desde una perspectiva electoral, sino que también subraya el cambio en el equilibrio de poder en el país, con la salida del Movimiento al Socialismo (MAS) después de dos décadas de control político. El candidato del MAS, Eduardo del Castillo, quedó relegado a un modesto 3,1 % de los votos, apenas suficiente para preservar la personalidad jurídica del partido.

Rodrigo Paz Pereira ha emergido como la gran sorpresa de estas elecciones. Con antecedentes familiares en la política, es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y ha cultivado una carrera que abarca desde diputado hasta alcalde de Tarija. Economista y con una sólida formación en relaciones internacionales, Paz Pereira se ha establecido como un candidato de centro capaz de atraer tanto a votantes desencantados con el MAS como a aquellos de la derecha tradicional. Su campaña ha sido impulsada, en gran medida, por su compañero de fórmula, Edmand Lara, un excapitán de Policía conocido por su lucha contra la corrupción.

En su propuesta, Paz Pereira plantea una “Agenda 50/50”, cuyo objetivo es descentralizar los recursos gubernamentales hacia las regiones y universidades públicas. Este enfoque busca, de acuerdo con el candidato, instaurar un "capitalismo para todos" que garantice acceso a créditos y elimine aranceles. "Bolivia necesita estabilidad, necesita gobernabilidad", enfatiza Paz Pereira, haciendo un llamado a la unión y al trabajo en conjunto entre el Estado y la ciudadanía.

Por otra parte, Jorge 'Tuto' Quiroga se presenta como un candidato con un bagaje político considerable, habiendo ocupado la presidencia entre 2001 y 2002. Su enfoque se centra en un modelo económico liberal que promueve la cooperación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la implementación de reformas para reducir el tamaño del Estado. Tras años de intentos infructuosos en elecciones anteriores, Quiroga ha expresado su satisfacción ante el resultado que marca la salida del MAS del escenario político, proclamando que "una larga noche de dos décadas terminó".

El resultado electoral no solo resalta la caída del MAS, sino que también muestra la fragmentación del voto de izquierda en Bolivia. Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, quedó en tercer lugar con el 19,9 % de los votos y ha decidido respaldar a Paz Pereira en la segunda vuelta. Esta decisión podría ser crucial para el candidato que busca consolidar su posición frente a Quiroga.

Ambos candidatos se enfrentarán a desafíos significativos en esta segunda ronda, especialmente en un contexto de crisis económica caracterizado por la escasez de dólares y combustibles, así como una inflación interanual cercana al 25 %. Paz Pereira promete un enfoque descentralizado sin recurrir al FMI, mientras que Quiroga se propone atraer inversión extranjera mediante reformas legislativas y acuerdos de libre comercio.

La polarización política marcará la pauta de la campaña que se avecina. Paz Pereira, con su aura de renovación y conexión local, se contrapone a la experiencia internacional de Quiroga y su enfoque tecnócrata. Esta diversidad de propuestas y estilos de liderazgo presenta a los bolivianos una decisión crucial que determinará no solo el futuro inmediato del país, sino también su dirección política a largo plazo.

La segunda vuelta no solo se presenta como una contienda electoral, sino como una oportunidad para redefinir el futuro de Bolivia en un contexto de cambios profundos. Con el MAS fuera del poder, los electores se encontrarán ante la disyuntiva de elegir entre dos caminos diferentes, cada uno representando visiones distintas sobre el desarrollo y la gobernanza en el país. Así, el 19 de octubre se perfila como una fecha decisiva que podría marcar un nuevo capítulo en la democracia boliviana.