Escalada de violencia entre Israel e Irán desmantela cúpula militar iraní

Escalada de violencia entre Israel e Irán desmantela cúpula militar iraní

Desde el viernes pasado los bombardeos de Israel han matado al menos a cinco líderes militares de Irán.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Guerra 18.06.2025

La reciente escalada de violencia entre Israel e Irán ha llevado a un nuevo capítulo de enfrentamientos que ha dejado profundas huellas en la cúpula militar iraní. En una serie de ataques aéreos lanzados por Israel, el Ejército israelí ha informado de la muerte de Ali Shadmani, considerado el comandante militar de mayor rango del régimen iraní y un estrecho colaborador del líder supremo, Alí Jamenei. Este golpe se suma a una lista cada vez más extensa de altos mandos militares iraníes que han caído como resultado de la ofensiva israelí.


Desde el pasado viernes, Israel ha intensificado sus ataques contra instalaciones nucleares y zonas residenciales en Teherán. El saldo de esta ofensiva es devastador: más de 224 muertos y miles de heridos han sido reportados en el país persa, mientras que la nación hebrea ha sufrido al menos 24 muertes en represalias por parte de Irán. Estos eventos se han desencadenado en medio de diálogos entre Teherán y Washington sobre un posible nuevo acuerdo nuclear, lo que añade una capa de complejidad política a la ya tensa situación.


Los ataques iniciales de Israel no solo tuvieron como objetivo la infraestructura militar, sino que también se centraron en altos funcionarios, lo que ha socavado la estructura de mando de las fuerzas armadas iraníes. Entre los caídos se encuentra el general Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien había adoptado una postura combativa hacia Israel, advirtiendo sobre represalias severas en caso de un ataque. Su muerte representa una pérdida significativa para Irán, ya que Salami supervisaba una de las ramas militares más poderosas del país.


El nuevo comandante de la Guardia Revolucionaria, Mohamed Pakpour, quien ha asumido el liderazgo tras la muerte de Salami, se enfrenta a un desafío monumental. Con un historial en el que ha llegado a ocupar el cargo de comandante de las Fuerzas Terrestres de la CGRI y bajo la sombra de sanciones por parte de la Unión Europea, su tarea será equilibrar la defensa militar con la creciente presión interna y externa. La inestabilidad en la cúpula militar iraní podría llevar a una mayor fragmentación en la toma de decisiones en Teherán.


Por otro lado, la figura de Alí Jamenei sigue siendo crucial en el entramado político y militar de Irán. A pesar de su edad y del debilitamiento de su círculo cercano, Jamenei ha mantenido una postura intransigente frente a Occidente y una firme defensa del programa nuclear nacional. Su liderazgo, que ha marcado la política iraní desde 1989, se encuentra ahora bajo presión, especialmente ante la falta de un acuerdo nuclear que satisfaga sus intereses y los de su régimen.


La situación actual también pone en el centro de atención al general Mohamad Hosein Baqerí, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, quien murió en el primer día de ataques israelíes. Su muerte, junto a otros altos mandos, ha dejado a Irán con un vacío en su liderazgo militar en un momento crítico. La falta de coordinación entre las distintas ramas de sus fuerzas armadas podría llevar a una respuesta ineficaz ante la agresión israelí.


En un giro irónico, los nuevos nombramientos dentro de las Fuerzas Armadas iraníes han sido influenciados por la serie de bajas significativas. Algunos de los nuevos líderes, como Gholamali Rashid, quien fue el encargado de coordinar operaciones militares conjuntas, ya han sido reportados como fallecidos. Esta situación ha llevado a que figuras que, en condiciones normales, no estarían en el foco del liderazgo militar, asuman roles de gran responsabilidad en tiempos de crisis.


Mientras tanto, el gobierno iraní también juega un papel crucial en la narrativa de resistencia. El nuevo presidente, Masoud Pezeshkian, un reformista, asume el poder en un entorno volátil, con un mandato que busca cierta apertura a la negociación, aunque sus márgenes de acción se ven restringidos por la figura de Jamenei. Pezeshkian ha prometido reformas, pero su capacidad para llevar a cabo cambios sustanciales en un régimen dominado por la línea dura sigue siendo cuestionable.


A medida que el conflicto se intensifica, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos acontecimientos. Las implicaciones de un debilitamiento en la estructura de mando de Irán podrían no solo afectar la política interna del país, sino también tener repercusiones en la estabilidad de la región. La potencial reconfiguración del liderazgo militar iraní podría llevar a un aumento de la agresividad o, por el contrario, a un llamado a la diplomacia, dependiendo de cómo perciban los nuevos líderes la amenaza externa.


En conclusión, el conflicto entre Israel e Irán ha escalado a niveles alarmantes, desmantelando la cúpula militar del régimen iraní y dejando al país en una encrucijada. Las decisiones que se tomen en los próximos días y semanas tendrán un impacto duradero en la política de la región y en la seguridad internacional. La comunidad mundial enfrenta la difícil tarea de navegar en un mar de incertidumbre, donde cada movimiento puede provocar reacciones en cadena de consecuencias imprevisibles.

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