Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Jean-Claude Trichet, ex presidente del Banco Central Europeo, ha vuelto a llamar la atención de los analistas económicos y políticos con sus recientes declaraciones sobre la situación actual del mundo y los efectos de la figura de Donald Trump en la economía global. Durante el foro Young Factor, celebrado en Milán, Trichet compartió sus inquietudes con un grupo de estudiantes europeos, ofreciendo su perspectiva sobre una serie de desafíos que enfrenta no solo Europa, sino el mundo en general.
El exbanquero central identifica tres grandes fuentes de incertidumbre en el panorama económico global: la inestabilidad geoestratégica, el sobreendeudamiento y la falta de crecimiento y productividad en Europa. La crisis de Ucrania y la tensión en el Próximo Oriente son ejemplos claros de cómo la política internacional puede afectar de manera negativa a la economía. Trichet advierte que Europa se encuentra en una "situación anormal de pasividad obligada", señalando la falta de unidad política como un obstáculo grave en la búsqueda de soluciones.
Además, el ex presidente del BCE alerta sobre el elevado nivel de endeudamiento, que supera el registrado durante la crisis de 2007 y 2009. Esta situación puede llevar a una mayor vulnerabilidad de la economía mundial, exponiéndola a nuevas crisis que podrían tener repercusiones severas en la estabilidad financiera. En este sentido, también menciona a las entidades no bancarias, que operan en la sombra y carecen de una regulación adecuada, lo que añade una capa adicional de riesgo al sistema financiero.
La falta de crecimiento y productividad en Europa es otro punto que Trichet enfatiza. A diferencia de Estados Unidos, que sigue ampliando la brecha en términos de Producto Interno Bruto per cápita, el viejo continente parece estancarse. Este déficit en el rendimiento económico puede tener consecuencias duraderas si no se toman medidas efectivas para revitalizar la economía europea.
A la pregunta sobre cómo la presidencia de Trump ha influido en esta situación, Trichet sostiene que la figura del expresidente estadounidense añade una "incertidumbre monumental". Según él, las tácticas de negociación de Trump, que a menudo incluyen aranceles y declaraciones contradictorias, complican aún más el panorama. Trichet explica que, aunque Trump ha mostrado una capacidad para rectificar cuando se da cuenta de que ha cometido un error, el clima de incertidumbre que genera es perjudicial para todos.
El exbanquero observa que el auge de Trump y el populismo en general refleja un descontento más amplio con la globalización. Las elecciones de Trump fueron un grito de auxilio de aquellos sectores de la población que han sentido los efectos negativos de la globalización, como el cierre de fábricas y la reestructuración de industrias. Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos, ya que en Europa también se han visto manifestaciones de malestar, como los movimientos de los "chalecos amarillos" en Francia.
Sin embargo, Trichet también reconoce que en algunos países, como España, la situación es más prometedora. La economía española ha mostrado una resiliencia notable en comparación con otros países europeos, en parte gracias a lecciones aprendidas durante la crisis de 2011-2012 y a una inmigración que se integra fácilmente en la sociedad. Este factor ha permitido a España experimentar un crecimiento superior al de sus pares en Europa occidental.
La conversación se torna más crítica cuando Trichet aborda el papel de las élites y los responsables políticos en este contexto. A pesar de que muchos han señalado a los tecnócratas y a las grandes instituciones como culpables de la crisis de la globalización, él se resiste a utilizar el concepto de "chivos expiatorios". En cambio, defiende su legado y el del BCE, destacando que, a pesar de las críticas, se tomaron decisiones audaces que evitaron una mayor crisis en Europa.
Trichet concluye afirmando que el euro sigue siendo un éxito, con una aprobación abrumadora por parte de los ciudadanos de la zona euro. Este respaldo popular es un testamento de la importancia de la unidad y la colaboración en la construcción de una Europa más fuerte y resiliente en tiempos de incertidumbre. A medida que el mundo enfrenta nuevos desafíos, su experiencia y perspectiva son más importantes que nunca en el debate sobre el futuro económico y político de Europa y más allá. La incertidumbre puede ser un enemigo formidable, pero la historia ha demostrado que la cooperación y la reflexión pueden conducir a soluciones efectivas y sostenibles.
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