Del Congo a Irán: las seis (o siete) guerras que Trump dice haber solucionado en seis meses

Del Congo a Irán: las seis (o siete) guerras que Trump dice haber solucionado en seis meses

El presidente de EE UU asegura que ha firmado de media “un acuerdo de paz por mes” desde que regresó a la Casa Blanca. Pero su afirmación choca con la realidad

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 20.08.2025

La reciente afirmación del presidente Donald Trump de haber "terminado con seis guerras en seis meses" ha causado revuelo en el ámbito político y mediático. Esta declaración fue realizada justo antes de recibir al presidente ucraniano Volodímir Zelenski y a varios mandatarios europeos en la Casa Blanca, en un encuentro que busca impulsar los esfuerzos de paz en diversas regiones del mundo. Sin embargo, la veracidad de sus palabras y la naturaleza de los conflictos en cuestión han sido objeto de análisis y escepticismo.


El portal de noticias Axios solicitó a la Casa Blanca una lista de los conflictos que Trump considera resueltos, y la respuesta sorprendió a los periodistas: no eran seis, sino siete las guerras que el mandatario estadounidense afirma haber solucionado. La lista incluye conflictos que abarcan desde Armenia y Azerbaiyán hasta Israel e Irán, pasando por la República Democrática del Congo y Ruanda. Sin embargo, el análisis de estos conflictos revela que muchos de ellos no pueden ser considerados guerras en el sentido convencional, y algunos de los acuerdos son, en el mejor de los casos, frágiles.


En el caso de Egipto y Etiopía, por ejemplo, no hubo un conflicto bélico, sino tensiones por la construcción de una presa en el río Nilo. A pesar de los intentos de Trump por mediar entre las partes en 2020, el gobierno etíope finalmente se retiró de las negociaciones. En el conflicto entre Serbia y Kosovo, aunque se logró un acuerdo parcial en 2020, las tensiones permanecen latentes y la OTAN ha instado a ambos países a normalizar sus relaciones.


Trump ha utilizado su segundo mandato como una plataforma para mostrar el "músculo" de Estados Unidos en la escena internacional. Sin embargo, las menciones a su "promedio de una guerra por mes" parecen más un intento de consolidar su imagen como líder global que un reflejo de realidades tangibles. La Casa Blanca emitió un comunicado tras la reunión con Zelenski, elogiando el "compromiso implacable" de Trump con la paz, aunque muchos se preguntan si estas afirmaciones se sostienen ante los hechos.


La calificación de Trump como "pacificador en jefe" ha sido respaldada por algunos de sus aliados, como el congresista Derrick Van Orden. Sin embargo, esta percepción se ve empañada por la naturaleza de las treguas alcanzadas. Por ejemplo, la reciente tregua entre Irán e Israel, que Trump anunció tras bombardeos estadounidenses, pone de relieve la fragilidad de los acuerdos logrados.


El uso de aranceles como herramienta de negociación por parte de Trump también ha sido objeto de crítica. En el caso del conflicto entre Camboya y Tailandia, el presidente dejó claro que no negociaría la reducción de aranceles hasta que ambas partes firmaran un acuerdo. Esto ha generado dudas sobre la efectividad y la sinceridad de sus esfuerzos por alcanzar la paz.


En el conflicto entre la República Democrática del Congo y Ruanda, las acusaciones mutuas entre las partes sobre el incumplimiento del acuerdo de paz firmado en la Casa Blanca demuestran que la situación sigue siendo volátil. La falta de confianza entre los actores involucrados plantea interrogantes sobre la validez de la mediación de Trump.


En lo que respecta a la India y Pakistán, un alto funcionario indio ha negado que haya habido mediación estadounidense, a pesar de que Trump había afirmado lo contrario en su red social, Truth. Este tipo de discrepancias sugiere que la autoevaluación de Trump como mediador efectivo puede estar más basada en la retórica que en la realidad.


Además, la búsqueda de Trump del Premio Nobel de la Paz se ha vuelto un tema recurrente en sus declaraciones. Recientes informes indican que ha hecho esfuerzos para establecer contactos con figuras influyentes en Noruega, en un intento de promover su candidatura. Sin embargo, sus comentarios sobre la improbabilidad de recibir el galardón han generado una mezcla de escepticismo y burla en el ámbito periodístico.


La culminación de su segundo mandato se convierte así en una etapa de intensa búsqueda de reconocimiento internacional, en la que la figura del presidente se presenta como un agente de paz, a pesar de las contradicciones y la falta de resultados verificables. A medida que se acercan las elecciones y se intensifican las críticas, el legado de sus esfuerzos en política exterior se mantiene en un estado de ambigüedad, dejando a analistas y ciudadanos preguntándose qué hay realmente detrás de las afirmaciones grandilocuentes.

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