
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Las empresas familiares están en el corazón de la economía española, pero enfrentan retos cruciales que determinan su continuidad y resiliencia, especialmente durante períodos de crisis como la reciente pandemia. En el último encuentro organizado por EXPANSIÓN y Actualidad Económica, junto con Banca March, se discutieron casos de éxito en la transición generacional y la adaptación al mercado, elementos esenciales para la supervivencia de estas entidades. La transición intergeneracional es un tema recurrente en la conversación sobre la sostenibilidad de las empresas familiares. José Luis Acea, consejero delegado de Banca March, destacó la importancia de la gestión y la adaptabilidad a los cambios del entorno. Según Acea, muchas empresas han desaparecido por no haber sabido integrar factores como tecnología y especialización, lo que resalta la necesidad de un enfoque estratégico que asegure la perdurabilidad intergeneracional. Pilar Costa Salas, cofundadora y accionista de Grupo Pinilla, aporta una perspectiva interesante sobre cómo preparar a la próxima generación. Sostiene que es fundamental que los futuros líderes trabajen fuera de la empresa para adquirir una apreciación real del trabajo en equipo y la colaboración, lo que puede enriquecer la cultura organizacional. En su empresa, las decisiones se toman de forma consensuada, reflejando un compromiso por mantener la unidad familiar. Por otro lado, Jorge Pinilla Costa, director del área corporativa y jurídica de Grupo Pinilla, señala que la diferencia de edad entre los miembros de la segunda generación presenta un desafío adicional. En su opinión, la educación en valores familiares y el desarrollo académico son fundamentales para garantizar que la próxima generación esté equipada no solo para gestionar la empresa, sino también para mantener vivos los principios que la han hecho exitosa. La experiencia de empresas como Pastelerías Mallorca durante la pandemia ilustra la resiliencia que puede existir en el sector. Julio Moreno Sanz, su consejero delegado, recuerda el cierre temporal que enfrentaron tras 90 años de historia. La empresa tuvo que reinventarse al reabrir, enfocándose en la precisión de sus ofertas y en una estrategia de ventas más efectiva. Pablo Moreno de la Fuente añade que la formación rigurosa y las prácticas necesarias para ingresar en la empresa son críticas para mantener estándares de calidad. El sector turístico, como lo menciona Fina Muñoz, presidenta de IAG7 Viajes, ha sentido de manera aguda el impacto de la crisis. Sin embargo, la nueva generación, aunque menos experimentada, ha traído consigo un enfoque renovado y optimista. Su capacidad para impulsar el desarrollo tecnológico ha sido clave en la gestión de la crisis, permitiendo a las empresas adaptarse a un entorno que exige innovación constante. La comunicación transparente es otro aspecto vital en la gestión de crisis. Ángel Muñoz, consejero delegado de IAG7 Viajes, enfatiza la importancia de mantener a todo el equipo informado y comprometido, lo que no solo genera confianza, sino que también crea un ambiente propicio para la colaboración durante tiempos difíciles. Por su parte, Felipe Rastrollo, director de la unidad de banca de empresa de Banca March, resalta el papel que su institución ha desempeñado en el apoyo a estas empresas. Durante la pandemia, muchas se encontraron en una situación precaria, con obligaciones financieras pero sin ingresos. Banca March actuó para facilitar financiamiento y utilizar mecanismos estatales, jugando un papel esencial en la recuperación del sector. La resiliencia y el relevo generacional no son solo conceptos teóricos; son prácticas que se están implementando en empresas familiares que han logrado no solo sobrevivir, sino prosperar en medio de la adversidad. La combinación de educación, comunicación efectiva, y un fuerte sentido de comunidad familiar se han revelado como los cimientos sobre los cuales estas empresas pueden construir un futuro sólido. La conclusión es clara: el relevo generacional es un proceso complejo que requiere planificación, apertura al cambio y un compromiso con los valores familiares. Las empresas que logran navegar estas aguas inciertas con éxito no solo aseguran su propia supervivencia, sino que también fortalecen el tejido económico y social en el que operan. En tiempos de crisis, la resiliencia no es solo una opción; es una necesidad vital para la continuidad de las empresas familiares.