
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Un estudio reciente publicado en la revista The Lancet ha generado una gran expectativa en el ámbito de la prevención del VIH. Según los hallazgos, una sola inyección anual de lenacapavir podría ser suficiente para prevenir la infección por este virus, que ha tenido un impacto devastador en la salud pública mundial. Aunque el estudio se encuentra en una etapa preliminar y se centra en la seguridad y la farmacocinética del medicamento, los resultados son alentadores y sugieren un potencial significativo para cambiar el panorama de la prevención del VIH. José Alcamí, director científico de la Unidad VIH en el Hospital Clinic de Barcelona, comenta que, aunque el estudio no ha evaluado directamente la eficacia del lenacapavir en la prevención del VIH, los niveles alcanzados en sangre son prometedores. "Por comparativa con los niveles que se alcanzan en sangre, lo esperado es que se obtuviesen resultados similares, pero habrá que hacer ensayos clínicos para estar seguros", señala Alcamí desde la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) que se celebra en San Francisco. El lenacapavir, que ya ha sido aprobado como parte de tratamientos combinados, ha mostrado eficacia en ensayos anteriores como medida preventiva en formulaciones de inyección subcutánea cada seis meses. Con la posibilidad de una inyección intramuscular anual, se podría resolver uno de los problemas más críticos en el tratamiento del VIH: la adherencia al tratamiento. Esto es especialmente relevante en el contexto de la profilaxis de preexposición (PrEP), que actualmente requiere un regimen diario, creando barreras para muchos pacientes en riesgo. El costo del tratamiento con lenacapavir, que asciende a unos 20.000 euros al año en España y el doble en Estados Unidos, se presenta como un desafío importante, sobre todo para los países en desarrollo donde más se necesita. Gilead, la farmacéutica detrás del medicamento, ha anunciado que planea ofrecerlo de forma gratuita en países de recursos medios y bajos, lo que podría facilitar su acceso en regiones como Sudáfrica, donde el VIH tiene una prevalencia alarmante entre las mujeres. Bonaventura Clotet, director del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, destaca que la eficacia de una inyección anual podría transformar radicalmente la capacidad de erradicar nuevas infecciones en comunidades enteras. Sin embargo, también advierte que la clave será hacer estos tratamientos accesibles a todos, dado que los costos pueden ser prohibitivos. Identificar adecuadamente a las poblaciones que más se beneficiarían de este tipo de tratamiento será esencial para maximizar su impacto. El lenacapavir actúa bloqueando la cápside del VIH, impidiendo que el virus se reproduzca e infecte otras células, lo que le permite ser efectivo a dosis muy bajas y prolongar su acción. Javier Martínez Picado, investigador principal de IrsiCaixa, subraya la importancia de este avance, no solo como una opción para quienes están expuestos al virus, sino también como una forma de aliviar la carga del tratamiento diario para muchas personas en riesgo. Sin embargo, a pesar del potencial revolucionario del lenacapavir y otros tratamientos de acción prolongada, el acceso a estos medicamentos sigue siendo un reto. Martínez Picado recuerda que alrededor de 50 millones de personas en el mundo necesitan estos medicamentos, y la logística de hacerlos llegar a quienes más los necesitan, especialmente en el contexto de recortes en los EE. UU., se presenta como un desafío adicional. Alcamí resalta que gran parte de la financiación necesaria para la prevención del VIH proviene de iniciativas como el Pepfar, que están en peligro debido a decisiones políticas. Con millones de personas en riesgo de perder acceso a tratamientos vitales por cuestiones administrativas, el panorama se complica aún más, a pesar de los avances científicos. En conclusión, el lenacapavir representa una esperanza en la lucha contra el VIH, con su potencial para simplificar el régimen de prevención. No obstante, el éxito de esta iniciativa dependerá no solo de su eficacia clínica, sino también de la capacidad para garantizar que todos los que lo necesiten, independientemente de su situación económica o geográfica, tengan acceso a esta prometedora opción de tratamiento. La comunidad internacional enfrenta un reto crítico: asegurar que el progreso conseguido en la investigación y desarrollo de tratamientos para el VIH se traduzca en beneficios tangibles y accesibles para todos.