Glencore evalúa trasladar su cotización a Nueva York y sus implicaciones para la minería

Glencore evalúa trasladar su cotización a Nueva York y sus implicaciones para la minería

Glencore evalúa cambiar su cotización de Londres a Nueva York, reavivando el debate sobre la viabilidad de los mercados bursátiles para mineras.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La reciente consideración de Glencore acerca de trasladar su cotización principal de Londres a Nueva York ha reavivado el debate sobre la viabilidad de los mercados bursátiles para las empresas mineras. Este movimiento no es una novedad en la industria; de hecho, muchas compañías han estado buscando durante años nuevas plataformas de cotización que les ofrezcan mejores valoraciones. En el caso de Glencore, el deseo de elevar su valoración es comprensible, dado el contexto actual de la minería y la fluctuante economía global. Los depósitos minerales, que se forman a lo largo de millones de años, contrastan con la velocidad con la que las empresas mineras pueden adaptarse a las modas del mercado. Sin embargo, la tendencia actual de cambio de mercados hace que muchos se pregunten si este es el camino correcto a seguir. Con el trasfondo de las inestabilidades económicas, la idea de trasladar la cotización a una bolsa más sólida y atractiva, como la de Nueva York, parece tentadora, pero presenta múltiples desafíos. Una de las preocupaciones más relevantes es la dependencia de las empresas mineras respecto a la economía china. Las recientes caídas en los resultados de BHP han puesto de manifiesto cómo las fluctuaciones en la demanda china pueden afectar dramáticamente a estas empresas. A pesar de las afirmaciones de un nuevo superciclo impulsado por la transición energética y la inteligencia artificial, este fenómeno aún no se ha materializado de manera tangible. La implicación de este potencial traslado es significativa para el mercado de valores de Londres. La minería representa cerca del 6% de los ingresos del FTSE 100, según datos de FactSet. La salida de una empresa de este calibre podría agudizar las preocupaciones sobre la competitividad de Londres como centro financiero global. El año pasado ya se observó una tendencia preocupante, con 88 empresas abandonando el mercado de Londres y solo 18 nuevas incorporaciones. Uno de los atractivos de Nueva York es la percepción de que las empresas mineras diversificadas cotizan con un descuento significativo en Londres. Un análisis revela que las empresas mineras en Nueva York, como Freeport-McMoRan y Newmont, tienen valoraciones más altas en comparación con sus contrapartes en Londres. Sin embargo, esta comparación puede ser engañosa, ya que las empresas estadounidenses suelen ser especialistas en sus respectivos nichos. A pesar de las ventajas de la liquidez en los mercados estadounidenses, un traslado no garantiza el éxito inmediato. Los inversores en Nueva York a menudo buscan empresas de alto crecimiento, lo que podría no alinearse con la naturaleza de las mineras, que operan en un sector donde los ciclos de crecimiento son más dilatados. Además, la inclusión en índices de referencia puede requerir una sólida presencia en Estados Unidos, algo que Glencore y otras mineras tendrían que considerar detenidamente. La industria minera también presenta una estructura corporativa peculiar, donde muchas empresas tienen activos globalmente distribuidos y pueden operar sin un lazo geográfico estricto. A diferencia de empresas más locales, como Tesco, Glencore puede permitirse la flexibilidad de considerar mercados bursátiles en diversas regiones del mundo. Su historial de movimientos estratégicos, como el cierre de su cotización secundaria en Hong Kong en 2017, demuestra que la empresa está dispuesta a actuar en función de sus intereses. En este sentido, la pregunta no es solo dónde debe cotizar Glencore, sino también cómo esta decisión impactará su estrategia a largo plazo y su capacidad para competir en un mercado cada vez más globalizado. A medida que los precios de las materias primas siguen siendo volátiles, el debate sobre la mejor bolsa para las mineras continuará. Con la presión de los activistas y las exigencias del mercado, empresas como BHP y Rio Tinto también se ven impulsadas a evaluar sus estructuras corporativas y sus decisiones de cotización. En definitiva, el futuro de Glencore y, por extensión, de muchas empresas mineras, podría depender de su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado global. La elección de la bolsa de valores puede ser un factor crucial en su éxito o fracaso, y los próximos meses serán decisivos para observar cómo se desarrollan estas dinámicas. La industria minera, con su complejidad inherente y sus desafíos únicos, se encuentra en un punto de inflexión que podría definir su trayectoria en los años venideros.

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