Andrés Caniulef rompe el silencio y educa sobre vivir con VIH y sus desafíos

Andrés Caniulef rompe el silencio y educa sobre vivir con VIH y sus desafíos

Andrés Caniulef rompe el silencio sobre su vida con VIH, buscando educar y desmitificar la enfermedad para combatir el estigma social.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

Andrés Caniulef ha decidido romper el silencio tras ocho años de vivir con VIH, un anuncio que ha resonado profundamente en la sociedad, donde aún persisten estigmas y malentendidos sobre la enfermedad. Su valiente revelación, impulsada por el deseo de educar y desmitificar el virus, resalta la importancia de hablar abiertamente sobre el VIH y el SIDA, condiciones que, aunque relacionadas, son distintas y a menudo confundidas. El VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana, ataca el sistema inmunológico, debilitando la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Según Michel Serri, infectólogo de la Clínica Red Salud Vitacura, el VIH es el agente causante de la infección, y su presencia en el organismo puede ser asintomática durante años. Esto significa que muchas personas, como Andrés, pueden vivir con el virus sin saberlo, lo que puede llevar a un deterioro significativo de la salud si no reciben tratamiento. Por otro lado, el SIDA, o síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es la etapa más avanzada de la infección por VIH. Cuando el sistema inmunitario se encuentra gravemente dañado, las personas pueden desarrollar infecciones oportunistas y enfermedades que normalmente no afectarían a una persona con un sistema inmunológico saludable. Alejandra Marcotti, infectóloga de la Clínica Alemana, explica que el SIDA es un conjunto de condiciones clínicas que aparecen debido a un VIH avanzado. La diferencia entre ambos términos es crucial, ya que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden prevenir que una persona con VIH progrese a SIDA. Gracias a los avances en la medicina y el acceso a tratamientos antirretrovirales, muchas personas que viven con VIH pueden llevar una vida plena y productiva. Caniulef, al mencionar que se encuentra indetectable, enfatiza que esto significa que el virus es indetectable en su sangre, lo que a su vez implica que no puede transmitirlo a otras personas. El estigma asociado a vivir con VIH puede ser abrumador. Muchas personas temen el juicio social, lo que a menudo las lleva a ocultar su condición. Caniulef ha expresado que su decisión de permanecer en silencio durante tanto tiempo fue impulsada por el miedo y la vergüenza, sentimientos comunes entre aquellos que enfrentan el diagnóstico de VIH. Sin embargo, su historia también es un testimonio de la resiliencia y la posibilidad de llevar una vida normal, incluso después de un diagnóstico que una vez se consideró devastador. Los expertos coinciden en que es vital educar al público sobre la diferencia entre VIH y SIDA para reducir la desinformación y el miedo. La falta de conocimiento puede llevar a la discriminación y a la marginación de quienes viven con el virus. La educación es la clave para combatir el estigma y fomentar la aceptación y el apoyo hacia las personas que se encuentran en esta situación. Serri subraya que no todas las personas que viven con VIH desarrollarán SIDA, especialmente si reciben tratamiento adecuado y se apegan a él. Esto resalta la importancia de la atención médica continua y el seguimiento regular para aquellos diagnosticados con el virus. La conciencia y la educación, tanto para la población general como para quienes están en riesgo, son esenciales para prevenir la propagación del VIH y minimizar sus efectos. Andrés Caniulef ha dado un paso valiente al compartir su experiencia personal, inspirando a otros a hablar sobre su condición y buscando disminuir el estigma que rodea al VIH. Su historia es un recordatorio de que, con el tratamiento adecuado, las personas pueden vivir vidas plenas y saludables, desafiando las percepciones erróneas que aún persisten en la sociedad. En conclusión, el caso de Caniulef no solo pone de relieve la importancia de la educación sobre el VIH y el SIDA, sino que también invita a la reflexión sobre cómo la sociedad puede apoyar a las personas que viven con el virus. La lucha contra el VIH es un esfuerzo conjunto que requiere empatía, comprensión y, sobre todo, voluntad de aprender.

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