Crisis sanitaria: despidos masivos y recortes dañan atención a pacientes vulnerables

Crisis sanitaria: despidos masivos y recortes dañan atención a pacientes vulnerables

La salud en el país enfrenta una crisis alarmante por despidos masivos y recortes, afectando la atención de miles de pacientes.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

La situación actual del sistema de salud en el país es alarmante, marcada por recortes severos y decisiones administrativas que están afectando gravemente la vida de miles de pacientes. El Ministerio de Salud ha anunciado la intervención del Hospital Bonaparte, resultando en el despido de 1,400 trabajadores en hospitales e institutos especializados. Esta reducción de personal, equivalente al 16% de la dotación, se ha implementado en el contexto de un ajuste fiscal que ha dejado a muchos ciudadanos sin acceso a los tratamientos médicos que necesitan. Los testimonios de pacientes como María Teresa Troiano subrayan la gravedad de la situación. María Teresa, que había estado recibiendo tratamiento para el cáncer de piel desde 2016, fue informada en diciembre de 2023 que su medicación ya no estaría disponible debido a la falta de entrega de los proveedores seleccionados por el Gobierno. Su situación es emblemática de una serie de fallos en la administración de la salud pública que han costado vidas. "A Marité la mataron dos veces", lamenta su esposo, quien ha visto cómo la burocracia y la falta de medicamentos deterioraron la salud de su esposa hasta llevarla a la muerte. No solo el caso de María Teresa es preocupante, sino que muchas organizaciones no gubernamentales han lanzado alertas sobre el impacto de estos recortes en la atención de enfermedades como la tuberculosis y el VIH. En particular, el Frente Nacional VIH, Hepatitis y Tuberculosis ha denunciado el cierre de las coordinaciones que atendían estas enfermedades, lo que ha llevado a un aumento notable en los casos y la mortalidad. Los datos son desalentadores: se ha reportado un incremento del 20% en los casos de tuberculosis y un crecimiento exponencial de las infecciones por sífilis. Los funcionarios del Ministerio de Salud, por su parte, han intentado justificar los despidos y recortes, argumentando que se trataba de una reestructuración necesaria. Sin embargo, las respuestas son insuficientes ante la realidad que enfrentan los pacientes. Aunque aseguran que las funciones de las coordinaciones eliminadas serán asumidas por otras direcciones, la falta de recursos y personal capacitado pone en duda la efectividad de esta medida. La documentación oficial sugiere además que muchos de los trabajadores restantes tienen contratos con fecha de vencimiento, lo que genera incertidumbre sobre la estabilidad de la atención. En un contexto donde enfermedades infecciosas están en aumento, el Ministerio de Salud también ha anunciado que mantiene el mismo presupuesto de 2023 para 2025, a pesar de la creciente demanda de atención. Según los especialistas, este estancamiento financiero es insostenible y perjudica aún más a un sistema de salud ya debilitado. El médico Oscar Atienza ha indicado que el incremento en casos de tuberculosis está directamente relacionado con el deterioro de las condiciones sociales, como la desnutrición y el hacinamiento. Además, el desmantelamiento de equipos especializados y la falta de tratamientos están dejando a muchos pacientes, especialmente en el área de salud mental, sin la atención que requieren. Trabajadores del Hospital Bonaparte han expresado su preocupación de que la reducción de personal impide recibir nuevos pacientes, lo que amenaza no solo la continuidad del servicio, sino la vida de quienes dependen de estos tratamientos. La Alianza Argentina de Pacientes ha alertado sobre un retroceso significativo en la inversión en salud, lo que ha llevado a despidos masivos y a la clausura de centros de atención. La situación se agrava aún más con la interrupción en la entrega de medicamentos por parte de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse), que ha resultado en la muerte de varios pacientes oncológicos. El cierre de 50 centros de referencia y la falta de recursos han dejado a muchos sin acceso a la medicación vital, provocando un efecto dominó que resulta en un grave deterioro de la salud pública. La reciente suspensión de cooperativas y mutuales por parte del Ministerio de Capital Humano, bajo el pretexto de irregularidades, también ha afectado a numerosas organizaciones que proporcionaban servicios de salud y asistencia social. Este tipo de medidas no solo desmantela la infraestructura de atención, sino que limita las opciones de acceso a la salud para grupos vulnerables. Por si fuera poco, la desregulación del transporte público y los estrictos requisitos impuestos para acceder a medicamentos gratuitos han exacerbado la crisis. Los pacientes que antes podían recibir tratamientos de manera gratuita ahora enfrentan barreras aún más altas, lo que limita su capacidad para acceder a la atención necesaria. La suma de todos estos factores plantea un escenario sombrío para la salud pública en el país. La falta de medicamentos, el despido masivo de personal y la eliminación de servicios esenciales están llevando a un deterioro alarmante en la atención sanitaria. La situación requiere una respuesta inmediata y efectiva, que priorice la salud de la población por encima de decisiones económicas que están costando vidas. La comunidad y los profesionales de la salud deben unirse para exigir cambios y salvaguardar el derecho a la salud de todos los ciudadanos.

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