Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que nos acercamos a 2025, los expertos en salud están sonando la alarma sobre una serie de enfermedades infecciosas que representan amenazas significativas para la salud pública a nivel global. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado 11 enfermedades de particular preocupación, incluida la enigmática "Enfermedad X", que sirve como un marcador para patógenos potenciales desconocidos que podrían desencadenar la próxima pandemia. La "Enfermedad X" ganó atención tras un brote reciente en la República Democrática del Congo, donde afectó principalmente a niños y resultó en al menos 31 muertes. Se observaron síntomas como fiebre, dolor de cabeza y tos, siendo los casos graves a menudo agravados por la desnutrición. El Dr. Michael Head de la Universidad de Southampton advierte que, si surgiera otro brote, el mundo sigue estando terriblemente despreparado, repitiendo la respuesta global inicial al COVID-19. El resurgimiento del sarampión es otra preocupación urgente. Una vez prácticamente erradicada en muchas partes del mundo, las infecciones por sarampión han aumentado, particularmente en Occidente, debido a la disminución de las tasas de vacunación. Más de 107,000 personas perdieron la vida a causa del sarampión a nivel mundial en 2023, siendo la mayoría niños pequeños. Los expertos en salud enfatizan que la vacuna contra el sarampión, parte de la vacunación MMR (sarampión, paperas y rubéola), sigue siendo la forma más efectiva de combatir esta infección altamente contagiosa. Para agravar la situación, el COVID-19 sigue siendo una presencia obstinada. Nuevas variantes continúan emergiendo, y la reciente variante XEC ha levantado alarmas por su mayor transmisibilidad. A pesar de los avances en vacunación y tratamiento, el potencial de cepas resistentes a las vacunas representa una amenaza continua para los sistemas de salud en todo el mundo. Además de estas preocupaciones en curso, varias otras enfermedades están acaparando titulares. El dengue, transmitido por mosquitos, está viendo un aumento en los casos a medida que el cambio climático altera la distribución de los vectores. El sur de Europa está particularmente en riesgo, con expertos prediciendo más brotes en el próximo año. De manera similar, el chikungunya, otro virus transmitido por mosquitos, tiene el potencial de propagarse a medida que los climas europeos se vuelven más propicios para su transmisión. El virus del Nilo Occidental, aunque principalmente es una preocupación en regiones fuera del Reino Unido, ya ha visto casos reportados en varios países europeos. Este virus a menudo es asintomático, pero puede provocar condiciones neurológicas severas en una fracción de los infectados. El cólera, una enfermedad diarreica severa transmitida a través de alimentos y agua contaminados, sigue siendo una amenaza para la salud global, particularmente en regiones afectadas por conflictos y migración inducida por el clima. Con un número significativo de casos reportados en África y Asia, los expertos advierten que el riesgo de brotes podría aumentar en 2025. La gripe aviar continúa siendo monitoreada de cerca, ya que los científicos temen que pueda mutar en una forma que pueda propagarse entre humanos. Aunque la mayoría de las infecciones se han reportado en personas que trabajan con aves de corral, existe el potencial de una pandemia si el virus se adapta aún más. La resistencia a los antimicrobianos es otro problema crítico que socava la salud pública. El aumento de bacterias resistentes a los antibióticos complica las opciones de tratamiento, ya que las infecciones se vuelven cada vez más difíciles de manejar. Esta tendencia subraya la importancia del uso responsable de antibióticos entre el público para preservar la eficacia de los tratamientos existentes. La tos ferina también está resurgiendo, con casos confirmados en el Reino Unido que superan los 10,000 en los últimos meses. Esta infección bacteriana, conocida por su distintivo sonido de "whoop" en los bebés, sigue siendo una preocupación significativa, ya que los esfuerzos de vacunación son cruciales para prevenir resultados severos. Finalmente, la sarna ha visto un aumento dramático en los casos en el Reino Unido, particularmente en condiciones de vida abarrotadas. Si bien no es potencialmente mortal, la sarna puede llevar a un malestar significativo y a la interrupción de la vida diaria. La convergencia de estos desafíos de salud pública requiere una respuesta proactiva por parte de los gobiernos, organizaciones de salud y comunidades. A medida que avanzamos hacia 2025, las lecciones aprendidas de brotes pasados deben informar nuestras estrategias para la prevención, el control y la preparación contra las enfermedades infecciosas que amenazan nuestra salud y seguridad.