Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un notable cambio respecto al estigma previo, las sustancias psicodélicas como el LSD y la psilocibina están encontrando un sorprendente nicho en el mundo del liderazgo corporativo. Una vez relegadas a los márgenes de la contracultura, estas drogas están siendo cada vez más adoptadas por directores ejecutivos y líderes empresariales que buscan un camino hacia una mayor creatividad, inteligencia emocional y bienestar mental. Según un estudio de 2023 de la Corporación RAND, se estima que ocho millones de adultos en EE. UU. usaron psilocibina, el ingrediente activo de los hongos mágicos, en el último año. Este aumento en el uso refleja una tendencia social más amplia hacia la aceptación y exploración de los psicodélicos, particularmente entre aquellos en entornos corporativos de alta presión. Ejecutivos, entrenadores e investigadores informan que más líderes empresariales están recurriendo a experiencias psicodélicas, a menudo en el contexto de retiros guiados, como herramientas para el crecimiento personal y profesional. La cultura corporativa en cambio, que ha pasado gradualmente de estructuras rígidas a entornos más flexibles y abiertos, ha desempeñado un papel en esta tendencia. Las estériles oficinas en cubículos del pasado han dado paso a espacios vibrantes y colaborativos diseñados para fomentar la creatividad y la innovación. En este nuevo clima, donde se valora el pensamiento imaginativo, muchos ejecutivos ven a los psicodélicos como un medio para desbloquear nuevas ideas y percepciones. Neurocientíficos como Robin Carhart-Harris de la Universidad de California, San Francisco, explican que los psicodélicos pueden estimular una mayor comunicación dentro del cerebro, permitiendo un flujo caótico de información que puede facilitar el pensamiento innovador. Esto puede ser particularmente atractivo para los líderes que se sienten bloqueados creativamente o emocionalmente exhaustos, ya que la profundidad emocional que se encuentra durante las experiencias psicodélicas puede llevar a profundas reflexiones personales y conexiones. A medida que el mundo corporativo prioriza cada vez más la inteligencia emocional y el bienestar mental, las discusiones sobre salud mental se han vuelto más comunes. La pandemia de COVID-19 exacerbó los niveles de estrés y ansiedad, lo que llevó a muchas organizaciones a invertir en recursos de salud mental y fomentar conversaciones abiertas sobre el bienestar. Con figuras como Elon Musk hablando abiertamente sobre su uso de ketamina, el estigma en torno a las luchas de salud mental y los mecanismos de afrontamiento no convencionales ha comenzado a disiparse, permitiendo a los ejecutivos compartir sus propias experiencias con los psicodélicos. Sin embargo, la emoción en torno a los psicodélicos se ve matizada por la precaución. Los expertos coinciden en que, si bien hay potencial para la transformación personal, se necesita mucha más investigación para comprender los efectos a largo plazo y los riesgos asociados con estas sustancias, especialmente cuando se utilizan fuera de entornos supervisados. Se han planteado preocupaciones sobre un posible prestigio cultural que podría romantizar estas experiencias, lo que podría llevar a un uso indebido o a la mala interpretación de sus implicaciones en el lugar de trabajo. Figuras notables en el ámbito empresarial, desde Steve Jobs de Apple hasta Sam Altman de OpenAI, han atribuido sus experiencias psicodélicas a la generación de ideas innovadoras y cambios en la perspectiva. Más recientemente, líderes como Mark Williamson, ex director de operaciones de MasterClass, han relatado cómo los psicodélicos les han ayudado a encontrar un mayor propósito en la mentoría y el apoyo a sus colegas. Sin embargo, como advierte Chip Conley, un exejecutivo de Airbnb, existe un riesgo en ver a los psicodélicos como una panacea para los desafíos corporativos. A medida que los investigadores continúan explorando la intersección entre los psicodélicos y el rendimiento empresarial, las implicaciones de esta tendencia podrían redefinir no solo a los líderes individuales, sino también la cultura corporativa en su conjunto. La creciente apertura hacia métodos no convencionales para mejorar la creatividad, la salud emocional y la efectividad del liderazgo puede señalar una nueva era en el mundo empresarial, una en la que la alta dirección no se trata solo de ganancias y productividad, sino también de crecimiento personal y bienestar emocional.