La Corte Suprema respalda el plan de Biden para regular las cenizas tóxicas del carbón, protegiendo la salud pública.

La Corte Suprema respalda el plan de Biden para regular las cenizas tóxicas del carbón, protegiendo la salud pública.

La Corte Suprema apoyó las regulaciones sobre cenizas de carbón de la administración Biden, reforzando las protecciones ambientales contra los riesgos para la salud.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

En un fallo significativo para la protección del medio ambiente, la Corte Suprema reafirmó el miércoles el plan de la administración Biden para regular los riesgos para la salud que plantea la ceniza de carbón, un subproducto tóxico de la combustión del carbón utilizado para generar electricidad. La decisión del tribunal se produjo en respuesta a una solicitud de East Kentucky Power Cooperative, una empresa de servicios eléctricos, que buscaba bloquear la iniciativa de la Agencia de Protección Ambiental (E.P.A.) destinada a monitorear y remediar sitios contaminados por ceniza de carbón. La orden de la Corte Suprema, emitida sin más explicaciones y sin opiniones disidentes, significa un compromiso continuo con la aplicación de regulaciones ambientales a pesar de los desafíos de los actores de la industria. East Kentucky Power Cooperative argumentó que la E.P.A. excedió su autoridad legal al imponer requisitos a instalaciones que habían dejado de producir ceniza de carbón. Sostuvieron que la ley solo se aplica a los sitios donde actualmente se dispone de residuos sólidos, lo que implica que los sitios inactivos deberían estar exentos de monitoreo y remediación. En respuesta, los representantes legales de la E.P.A. contrarrestaron que la interpretación de la empresa era fundamentalmente errónea. Subrayaron que la evidencia indicaba que los embalses de ceniza de carbón existentes continúan filtrando contaminantes en el suelo y el agua subterránea circundantes, lo que plantea riesgos ambientales y de salud continuos. La agencia afirmó que incluso después de que se haya retirado la ceniza de carbón, el lixiviado—líquido que ha permeado a través de la ceniza de carbón—permanece en estos sitios y se considera "residuos sólidos" según la ley ambiental pertinente. Las implicaciones financieras del plan de la E.P.A. fueron otro punto de controversia. La empresa reveló que el monitoreo de un sitio inactivo podría costar más de 16 millones de dólares, mientras que la E.P.A. estimó el costo en solo 229,000 dólares. Esta marcada discrepancia resalta el debate en curso sobre la carga económica del cumplimiento ambiental frente a los riesgos potenciales que plantea la contaminación por ceniza de carbón. Los grupos de defensa del medio ambiente se pronunciaron sobre el debate, expresando que no había una necesidad urgente de que la corte interviniera, especialmente dado que los plazos de cumplimiento más cercanos bajo el plan de la E.P.A. se extienden hasta 2028. Enfatizaron que estos plazos principalmente implican monitoreo básico de agua subterránea, aunque no se pueden pasar por alto los peligros potenciales asociados con la ceniza de carbón. Los grupos recordaron a la corte que la ceniza de carbón contiene sustancias nocivas como arsénico, plomo y mercurio, que están vinculadas a graves riesgos para la salud, incluyendo varios tipos de cáncer y trastornos neurológicos. La negativa de la Corte Suprema a conceder la solicitud de la empresa se alinea con su reciente tendencia de evitar intervenir en casos ambientales antes de que hayan sido revisados exhaustivamente en tribunales inferiores. Esta decisión sigue a otros fallos en octubre, donde los jueces se negaron a bloquear los esfuerzos de la E.P.A. para regular las emisiones de carbono y otros contaminantes, reforzando un compromiso más amplio con la regulación ambiental frente a la oposición de la industria. A medida que el panorama legal y regulatorio en torno a la ceniza de carbón continúa evolucionando, este fallo marca un paso significativo hacia la salvaguarda de la salud pública y el medio ambiente de los impactos duraderos de los desechos tóxicos. Las implicaciones de esta decisión probablemente resonarán en todo el sector energético, lo que provocará un mayor escrutinio de las prácticas de gestión de la ceniza de carbón y podría influir en futuras acciones regulatorias.

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