Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el corazón de África, se está llevando a cabo una transformación silenciosa, una que subraya el inmenso potencial de las mujeres y las niñas cuando se les brinda la oportunidad de prosperar. Mi propia trayectoria en esta narrativa comenzó en Kenia, donde fui testigo de primera mano de las barreras que enfrentan los niños, particularmente las niñas, en su búsqueda de educación y empoderamiento. Fue en Machakos, donde me ofrecí como voluntaria como maestra, que encontré historias de resiliencia y la lucha contra desafíos sistémicos. Entre mis estudiantes estaba Agnes, una niña cuya vida dio un giro trágico cuando tuvo que dejar la escuela para servir a una familia adinerada, sacrificando su educación por su supervivencia. Sin embargo, su determinación para liberarse de un ciclo de analfabetismo la llevó a nuestro aula, donde buscaba un futuro diferente. Este momento no fue un incidente aislado; fue emblemático de un problema más amplio que muchas niñas en África enfrentan: ser forzadas a trabajar en lugar de poder aprender. En colaboración con un dedicado maestro local, Alex Zakayo Mutiso, iniciamos un programa destinado a empoderar a jóvenes vulnerables a través de pasantías. Esta iniciativa resultó transformadora para muchos, incluida Felicitas, quien convirtió su formación con una peluquera en un próspero negocio de salón. Su éxito no solo levantó a su familia, sino que también iluminó el profundo impacto que la educación y la formación profesional pueden tener en la vida de las jóvenes. Esta narrativa de empoderamiento se refleja en la misión de CAMFED (Campaña por la Educación Femenina). Fundada en 1993, CAMFED se ha convertido en un faro de esperanza para las niñas en varias naciones africanas, abordando problemas como el matrimonio infantil y el desempleo juvenil. La organización no solo proporciona educación; fomenta una comunidad de apoyo que permite a quienes patrocina eventualmente retribuir, creando un ciclo sostenido de empoderamiento. Central al éxito de CAMFED está su red de exalumnos, que encarna el espíritu de hermandad y apoyo mutuo. Dirigida por Angeline Murimirwa, una notable líder feminista que se benefició del programa, CAMFED ejemplifica el poder de invertir en el liderazgo femenino. Este trabajo vital no solo cambia vidas individuales, sino que también tiene el potencial de elevar a comunidades enteras. Para aquellos de nosotros que hemos visto el potencial que la educación tiene para las mujeres y las niñas, la importancia de apoyar tales iniciativas no puede ser subestimada. Mi participación con CAMFED ha profundizado mi compromiso de promover la igualdad de género y empoderar a las jóvenes para que se conviertan en agentes de cambio en sus sociedades. Al reflexionar sobre los desafíos y triunfos de las mujeres y las niñas en África, consideremos cómo podemos contribuir a este movimiento. Apoyar a organizaciones como CAMFED es una forma tangible de multiplicar el poder de las mujeres y las niñas, ayudando a transformar vidas y comunidades para mejor. En este camino hacia la igualdad, cada esfuerzo cuenta, y juntos podemos fomentar un entorno donde el potencial de las mujeres no solo sea reconocido, sino celebrado.