
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




El mercado de divisas se encuentra en una situación de gran volatilidad, marcada por movimientos que recuerdan a los días más caóticos de la pandemia de Covid-19. En este contexto, el euro ha comenzado a recuperarse con fuerza frente al dólar, alcanzando niveles que no se veían desde noviembre del año pasado. Este repunte se ha visto impulsado por una serie de factores económicos y geopolíticos que han puesto al dólar en una posición vulnerable. Desde finales de febrero, cuando el euro cotizaba en 1,0375 dólares, hasta ahora, su valor ha escalado por encima de 1,09 dólares, lo que representa un aumento superior al 5% en lo que va del mes de marzo. Este ascenso es notable, considerando que el euro había estado bajo presión en los meses anteriores, impulsado por la incertidumbre sobre la economía global y los efectos de la pandemia. La reciente subida del euro se ha atribuido en gran parte a los significativos anuncios de estímulos económicos por parte de Alemania. La mayor economía de Europa ha comenzado a liberar frenos en su política de deuda, lo que ha generado un ambiente optimista en los mercados. Estos estímulos no solo se limitan a la inversión en infraestructura, sino que también incluyen partidas considerables para el aumento del gasto militar, lo que ha alimentado la esperanza de una reactivación de la economía europea en su conjunto. Sin embargo, la situación no está exenta de preocupaciones. Los analistas de Bank of America han emitido advertencias sobre la economía estadounidense, sugiriendo que los temores de una recesión podrían estar más fundamentados de lo que algunos creen. En este sentido, la firma revisó al alza sus previsiones para el euro, elevando su estimación de 1,10 a 1,15 dólares para finales de 2025, y proyectando un aumento adicional hasta 1,20 dólares para finales de 2026. Esta optimista proyección contrasta con la cautela de otros analistas. La discrepancia en las opiniones sobre la evolución futura del euro se debe en gran medida a la percepción de la solidez de la economía estadounidense. Algunos expertos sostienen que los mercados han reaccionado de manera exagerada a los temores de recesión, sugiriendo que una corrección podría ser inminente. Según Ebury, el movimiento brusco del euro frente al dólar podría resultar en un repunte del dólar si los próximos datos económicos de EE. UU. indican que la contracción esperada no será tan severa. A medida que se desarrollan estos eventos, el euro se encuentra en una encrucijada. Si bien la tendencia a corto plazo parece favorecedora, la posibilidad de una corrección no puede ser ignorada. Los mercados están particularmente sensibles a cualquier señal de que la economía estadounidense podría estar más estable de lo que algunos creen. Esto podría llevar a una reversión de la tendencia actual y a una recuperación del dólar. La incertidumbre en el panorama económico mundial también juega un papel crucial. Las tensiones geopolíticas en diversas partes del mundo, así como la dinámica de la pandemia, podrían poner en jaque tanto al euro como al dólar en los próximos meses. Los inversores deberán estar atentos a cómo se desarrollan estos factores, ya que pueden influir significativamente en el comportamiento de ambas divisas. En conclusión, el euro se encuentra en una fase de recuperación impulsada por estímulos económicos en Europa, pero la tensión en torno a la economía de EE. UU. plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta tendencia. A medida que los datos económicos continúan fluyendo, los analistas y los inversores se preparan para ajustar sus estrategias en un entorno de divisas caracterizado por una notable volatilidad y cambios inesperados. La próxima semana promete ser crucial para determinar hacia dónde se dirigen tanto el euro como el dólar en esta tormentosa travesía económica.