Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente declaración de Fanny Montellanos, viceministra de Política y Evaluación Social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), ha generado un amplio debate en torno a la medición de la pobreza en el país. Según Montellanos, la implementación del Índice de Pobreza Multidimensional marca un hito significativo, ya que complementará la tradicional medición de la pobreza monetaria que realiza el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) a través de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO). El enfoque multidimensional se propone abordar la pobreza desde diversas aristas, no solo desde el ingreso económico, lo que permitiría obtener una visión más integral de la situación de las familias en el país. Montellanos enfatizó que este nuevo índice no tiene como objetivo "disfrazar" las cifras de pobreza, sino más bien buscar una mayor transparencia en la representación de la realidad social y sus distintas brechas. “Estamos sumando un índice a la medición existente, no estamos cambiando la forma de medir la pobreza”, aseguró Montellanos en su intervención en Canal N. Esto sugiere que el Midis respeta la labor del INEI y, más bien, busca enriquecer el panorama estadístico con una herramienta que podría ser más sensible a diversas dimensiones del bienestar humano. La viceministra dejó claro que la metodología que se está promoviendo no es una imposición sobre el INEI, sino un esfuerzo conjunto. "Siempre se va a necesitar esta medición", afirmó, lo cual indica que el Midis confía en que la colaboración con el INEI y la Comisión Consultiva de Pobreza permitirá consolidar un indicador único que abarque tanto la pobreza monetaria como la multidimensional. Una de las principales críticas que este nuevo enfoque ha recibido es la desconfianza en cuanto a la eficacia de sumar un indicador sobre la pobreza. A este respecto, Montellanos argumentó que, al ampliar el espectro de análisis, se permitirá identificar de manera más efectiva las necesidades de las poblaciones vulnerables, lo que podría llevar a políticas públicas más adecuadas y directas para atender estas necesidades. Además, el nuevo índice podría servir como un usuario clave en la formulación de políticas que incluyan aspectos como la educación, salud, y el acceso a servicios básicos, que son fundamentales para salir de la pobreza. Esto contrasta con la visión tradicional que se centra casi exclusivamente en el ingreso. Con la presentación de los resultados del Índice de Pobreza Multidimensional programada para el futuro cercano, se espera que este nuevo enfoque genere un cambio en la manera en que se diseñan las políticas de inclusión social. La viceministra confía en que las expectativas generadas se traduzcan en un entendimiento más profundo de las condiciones que enfrentan muchas familias peruanas. Sin embargo, el desafío radica en que la sociedad civil y los propios beneficiarios de las políticas sociales comprendan y acepten estos nuevos indicadores. La capacidad de adaptación a estos cambios será crucial para que el Midis y el INEI logren sus objetivos comunes. Este es un momento clave para repensar la medición de la pobreza en el país. La implementación del Índice de Pobreza Multidimensional podría sentar las bases para un enfoque más integral y humano en la lucha contra la pobreza, lo que, sin duda, será objeto de seguimiento y análisis en los próximos meses. La necesidad de evidencias claras y efectivas jamás ha sido tan urgente, y la sociedad espera resultados que se traduzcan en mejoras tangibles en la calidad de vida de la población más vulnerable.