
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En unánime rechazo, los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) manifestaron su profunda indignación hacia las políticas migratorias de Estados Unidos durante la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en Tegucigalpa, Honduras. Los mandatarios presentes, en su mayoría provenientes de naciones de izquierda, criticaron con dureza las recientes deportaciones masivas y el encarcelamiento de migrantes en países como El Salvador, un tema que ha cobrado relevancia en la agenda regional debido a la creciente presión migratoria. El presidente colombiano, Gustavo Petro, fue uno de los más vehementes en su crítica, al comparar a los migrantes deportados con los esclavos africanos que fueron traídos al continente en condiciones infrahumanas durante la colonización. Petro argumentó que la migración es el resultado de una "desigualdad geográfica" exacerbada por la crisis climática, sugiriendo que encarcelar a la población migrante solo perpetúa el problema en lugar de resolverlo. "¿Solucionamos la migración poniendo cadenas?", preguntó retóricamente, abogando por un enfoque que atienda las causas subyacentes del fenómeno migratorio. La presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien tuvo la responsabilidad de ser la anfitriona del evento, también se manifestó en contra de las políticas estadounidenses, resaltando la preocupación por los jóvenes latinoamericanos que, en su búsqueda del 'sueño americano', terminan siendo deportados. Castro llamó a los líderes presentes a respetar a la Celac como una "zona de paz", instando a una colaboración que priorice la dignidad de las personas. Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, amplió la discusión al señalar que los migrantes no solo enfrentan deportaciones, sino que muchos de ellos son enviados a la base naval de Guantánamo, lo que añade una dimensión de violación de derechos humanos a la situación. Esta postura fue respaldada por otros líderes que denunciaron el tratamiento cruel y deshumanizante que enfrentan los migrantes, subrayando que la situación requiere una respuesta colectiva y solidaria. Por su parte, el presidente boliviano Luis Arce denunció de manera explícita la "criminalización de la migración", destacando que las políticas que fomentan deportaciones masivas y tratos inhumanos son incompatibles con la defensa de los derechos fundamentales de los migrantes. Arce insistió en que estas prácticas ignoran las causas estructurales que llevan a miles de personas a dejar sus hogares en busca de mejores oportunidades. A pesar de la contundencia de las críticas, algunos mandatarios adoptaron un enfoque más moderado. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llamó a la cooperación entre los países de la Celac para abordar la migración desde una "perspectiva humanista", proponiendo que se atiendan las causas de la migración, como la desigualdad, el desempleo y la violencia, en lugar de centrarse únicamente en los aspectos represivos. El mandatario guatemalteco, Bernardo Arévalo, coincidió en que la migración es un fenómeno complejo que debe ser abordado con un enfoque respetuoso de la dignidad humana. "La falta de atención a las necesidades fundamentales de la población es la primera razón de la migración", afirmó, enfatizando la necesidad de políticas que respondan a las realidades sociales y económicas de la región. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue contundente al señalar que la "libertad de autodeterminación" es una de las principales víctimas en un mundo donde los migrantes son constantemente criminalizados. Lula argumentó que las políticas arbitrarias, que imponen restricciones y desestabilizan la economía internacional, no hacen más que incrementar los desafíos que enfrentan las naciones en desarrollo. La IX Cumbre de la Celac se desarrolla en un contexto donde las tensiones migratorias y la respuesta de los Estados Unidos son temas candentes en la agenda política de América Latina. Los líderes, conscientes de la magnitud del fenómeno migratorio, se comprometieron a buscar soluciones que prioricen la dignidad de las personas y aborden las raíces del problema, en un esfuerzo por construir un futuro más justo y equitativo para todos los ciudadanos de la región. En este marco de diálogo y colaboración, los mandatarios de la Celac están llamados a trabajar juntos para enfrentar los desafíos migratorios y construir una respuesta regional que no solo contemple la seguridad, sino también la justicia social y el respeto a los derechos humanos. La cumbre en Honduras se presenta, así, como un paso crucial hacia la construcción de un enfoque más humano y solidario frente a la migración en América Latina.