Suspensión del plan mundial de hidrógeno revela desafíos en la transición energética

Suspensión del plan mundial de hidrógeno revela desafíos en la transición energética

La suspensión del plan global HESC para transportar hidrógeno líquido resalta los desafíos de la industria hacia una energía sostenible.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La suspensión del primer plan mundial de transporte de hidrógeno líquido ha dejado en evidencia las complejidades y desafíos que enfrenta la industria del hidrógeno en su búsqueda por convertirse en una fuente de energía clave en la transición hacia un futuro más sostenible. Este ambicioso proyecto, conocido como Hydrogen Energy Supply Chain (HESC), tenía como objetivo la exportación de 30.000 toneladas de hidrógeno licuado al año desde Australia hasta Japón. Sin embargo, la reciente decisión de Kawasaki Heavy Industries de retirarse del consorcio ha puesto en jaque la viabilidad de este esquema. El HESC, que había recibido apoyo tanto del gobierno australiano como del japonés, había logrado avanzar hasta la fase piloto, culminando con un envío exitoso de hidrógeno licuado. Este progreso inicial generó optimismo en torno a la posibilidad de crear un mercado global para el hidrógeno, pero los expertos comenzaron a cuestionar la eficacia del modelo propuesto. La producción de hidrógeno a partir de lignito australiano, que es un combustible altamente contaminante, junto con la necesidad de implementar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, despertó dudas sobre la sostenibilidad real del proyecto. La noticia de la suspensión, publicada por el diario japonés Nikkei y replicada por medios de comunicación australianos, resuena en un contexto en el que los especialistas advierten sobre las barreras económicas y logísticas que enfrenta el transporte de hidrógeno a larga distancia. David Cebon, cofundador de la Hydrogen Science Coalition y profesor de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Cambridge, subraya que el transporte marítimo de hidrógeno es "antieconómico, ineficiente desde el punto de vista energético y muy poco práctico". Esto plantea serias dudas sobre la viabilidad de un mercado global para este recurso energético. La opinión de Paul Martin, también cofundador de la Hydrogen Science Coalition, complementa esta perspectiva al señalar que el proceso propuesto no solo es contradictorio con los principios científicos, sino que también plantea serias preocupaciones en cuanto a costos. "Incluso si se pudiera gestionar el coste y la complejidad de la captura y almacenamiento de carbono, se necesitarían enormes cantidades de electricidad solo para licuar el hidrógeno", aclara Martin. Esta afirmación resalta la necesidad de revisar los enfoques actuales en la producción y transporte de hidrógeno. El hecho de que varios países comiencen a retroceder en sus objetivos iniciales relacionados con el hidrógeno refleja la presión de realidades científicas y económicas que se han vuelto ineludibles. Si bien el hidrógeno se considera un componente crucial en la transición energética, su producción debe centrarse en fuentes renovables y su uso debe dirigirse hacia aplicaciones locales, como la producción de fertilizantes y acero, en lugar de depender de una red de transporte internacional que compromete su eficiencia. Este cambio de paradigma también podría llevar a una reevaluación de las estrategias de inversión en tecnologías de energía limpia. A medida que se imponen los costos de producción y transporte, la necesidad de desarrollar soluciones más sostenibles y económicas se vuelve primordial. Las naciones deben comenzar a considerar alternativas que no solo sean eficientes energéticamente, sino que también sean viables y que ofrezcan soluciones a largo plazo. Sin duda, la suspensión del HESC representa un punto de inflexión en el desarrollo del comercio de hidrógeno a nivel mundial. Los planes de importación y exportación se han mostrado insuficientes frente a una realidad en la que los acuerdos comerciales aún no se han materializado. Mientras algunos países continúan explorando la posibilidad de convertirse en exportadores de hidrógeno, otros están reconsiderando sus enfoques para centrar sus esfuerzos en el desarrollo de una producción local más eficiente. La decisión de Kawasaki Heavy Industries podría tener resonancias significativas en la agenda energética global. A medida que se ajustan las expectativas sobre el papel del hidrógeno en el futuro energético, es probable que se busquen nuevas alianzas y se reconsideren las inversiones en tecnologías alternativas que prometan una transición más efectiva hacia fuentes de energía limpias. En este contexto, el futuro del hidrógeno no solo depende de su producción, sino también de cómo se integre en las cadenas de suministro energéticas locales y regionales. La suspensión del HESC sirve como un recordatorio de que, aunque la ambición es fundamental, debe ir acompañada de un análisis riguroso de la viabilidad económica y técnica de los proyectos propuestos. Sin duda, el camino hacia un futuro sostenible requiere un replanteamiento profundo y colaborativo de las maneras en que generamos y utilizamos la energía.

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