Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente demanda de electricidad en España ha alcanzado niveles que se acercan a los registros previos a la crisis energética, un fenómeno que no deja de sorprender a los analistas y a los consumidores por igual. Según las últimas cifras proporcionadas por Red Eléctrica de España (REE), agosto ha mostrado un crecimiento ajustado de cerca del 3% en la demanda eléctrica, un dato que, corregido por factores meteorológicos y de calendario, refleja una tendencia que contrasta con el panorama de incertidumbre que se vivió en años anteriores. Este aumento no parece verse afectado por la escalada de precios, lo que indica un cambio en el comportamiento del consumidor y en la dinámica del mercado energético. Los datos que se han presentado son contundentes: hasta el momento, más de 18,7 teravatios hora (TWh) de electricidad han sido consumidos en lo que va del mes, acercándose a las cifras que se manejaban antes de la pandemia y, notablemente, antes de la crisis energética que golpeó a Europa en 2021 y 2022. Pedro Cantuel, analista energético del grupo Ignis, señala que este resultado es inesperadamente positivo y podría significar que la demanda eléctrica total en agosto se sitúe en torno a los 21 TWh, lo que representaría el mejor dato desde 2019. Una de las razones que podrían estar detrás de este repunte son los niveles de turismo, que este año han regresado con fuerza. La mayor afluencia de visitantes implica que hoteles y restaurantes operen a máxima capacidad, repercutiendo en un aumento significativo del consumo eléctrico. Además, el sector industrial, que ha dejado atrás las restricciones impuestas por la crisis energética, también está mostrando signos de recuperación. Sectores como la metalurgia y la química, que ya mostraron un crecimiento en julio, parecen estar contribuyendo a esta tendencia. Sin embargo, cabe destacar que, a pesar de estos datos alentadores en agosto, el consumo eléctrico acumulado en lo que va de 2023 aún muestra un crecimiento moderado. Con un incremento interanual de solo ocho décimas en la lectura bruta y de 1,2 puntos porcentuales en cifras ajustadas, la recuperación total sigue siendo un objetivo a largo plazo. Cantuel advierte que, aunque todavía estamos lejos de los niveles precrisis en términos acumulativos, el comportamiento de la demanda en agosto podría señalar el inicio de un periodo de expansión esperado por el sector. Un factor adicional que no se puede pasar por alto es el autoconsumo, que ha ganado terreno en los últimos años. Aunque ha habido un frenazo en su crecimiento reciente, el aumento de instalaciones de paneles solares en viviendas y empresas ha comenzado a reducir la dependencia de la red eléctrica convencional. Este fenómeno podría estar contribuyendo a que las cifras de demanda eléctrica no reflejen completamente la realidad, ya que el autoconsumo disminuye la necesidad de energía proveniente de la red. Si se tuviera en cuenta el autoconsumo, es probable que la demanda eléctrica en agosto hubiera alcanzado niveles incluso superiores a los de la etapa anterior a la crisis. Esto representa un cambio significativo, dado que durante la fase más aguda de la crisis, tanto hogares como industrias tuvieron que hacer ajustes drásticos para adaptarse a los precios exorbitantes de la electricidad. El crecimiento en la demanda también se da en un contexto en el que la producción renovable está en aumento, especialmente durante las horas centrales del día. Esta electrificación no solo es más limpia desde el punto de vista medioambiental, sino que también es más económica en términos operativos. Por ejemplo, el costo de utilizar un coche eléctrico es notablemente inferior al de uno de combustión, lo que evidencia la ventaja de adoptar tecnologías más limpias y eficientes. En el marco de la transición energética, es relevante que, en los primeros ocho meses del año, el 60% de la electricidad consumida en España provenga de fuentes renovables y que más del 80% sea libre de emisiones al sumar la energía nuclear. Sin embargo, el país aún enfrenta el desafío de reducir su dependencia de fuentes fósiles, como el petróleo y el gas, que representan una parte considerable del consumo energético total. El camino hacia una mayor sostenibilidad ambiental y una balanza comercial más equilibrada pasa por la reducción de esta dependencia. En este sentido, será fundamental que las políticas energéticas se alineen con los objetivos de descarbonización y que se continúe invirtiendo en energías renovables y en la modernización de la infraestructura eléctrica. La tendencia creciente en la demanda eléctrica podría ser un indicativo de que la recuperación está en marcha, pero es crucial que se mantenga un enfoque claro hacia la sostenibilidad y la eficiencia energética en los próximos años.