Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un reciente discurso en Detroit, el expresidente Donald Trump no escatimó palabras al criticar a la actual vicepresidenta Kamala Harris y al presidente Joe Biden por la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán. En un contexto donde la política estadounidense se encuentra en un estado de tensión creciente, Trump revivió la narrativa de la debacle afgana, un tema que sigue resonando en la memoria colectiva del país. El expresidente, que tiene 78 años, apuntó directamente a Harris, señalándola como una de las responsables de lo que él denominó una "humillación" para la nación. Recordó que la retirada, que se llevó a cabo en agosto de 2021, fue un evento que, según él, destruyó la credibilidad de Estados Unidos en el escenario internacional. Este ataque estratégico no solo buscó deslegitimar a sus oponentes políticos, sino también posicionarse como una figura de autoridad y decisión en contraste con la administración actual. Cabe señalar que el acuerdo de retirada fue originalmente establecido por Trump en 2020, durante su mandato. Sin embargo, su sucesor, Joe Biden, optó por retrasar unos meses la ejecución de este plan, lo que llevó a un desenlace caótico que culminó con la toma de Kabul por parte de los talibanes. Esto dejó una estela de críticas y cuestionamientos sobre cómo se manejó la situación, especialmente en lo que respecta a la evacuación de civiles y la seguridad de las tropas estadounidenses. Trump no dudó en hacer referencia a las elecciones presidenciales de 2024, insinuando que los votantes se manifestarían en las urnas contra Biden y Harris. "Los votantes van a despedir a Kamala y Joe el 5 de noviembre, eso esperamos", declaró, incitando a sus seguidores a unirse en torno a su causa. Este tipo de retórica es común en la campaña de Trump, que busca capitalizar cualquier debilidad percibida en la administración demócrata. En el discurso, Trump también prometió que, si regresara a la Casa Blanca, exigiría la renuncia de todos los altos funcionarios implicados en la retirada de Afganistán. Este enfoque refleja su estilo combativo y su disposición a deslindar responsabilidades, lo que podría resultar atractivo para su base de apoyo, que ha demostrado ser leal y activa. La retirada de Afganistán fue marcada por momentos trágicos, como el atentado suicida que mató a 13 soldados estadounidenses y 170 afganos en el aeropuerto de Kabul. Estas imágenes de caos y desesperación han quedado grabadas en la memoria de muchos ciudadanos, lo que hace que el tema siga siendo un punto sensible en el ámbito político. La administración Biden ha intentado justificar sus decisiones, pero los fracasos en la gestión continúan siendo un lastre. Previo a su discurso, el equipo de campaña de Trump recordó las palabras de Harris, quien había afirmado ser una de las últimas personas en la sala al momento de decidir acerca de la retirada. Según el equipo, esto la convierte en un actor clave en lo que ellos consideran un fracaso monumental de la administración demócrata. La Casa Blanca, por su parte, ha intentado desviar la culpa hacia Trump, argumentando que fue su administración la que sentó las bases para la crisis en Afganistán. En un informe publicado en abril, se reconocieron fallos significativos en la inteligencia, pero también se subrayó que las condiciones creadas por la administración anterior fueron determinantes para el desenlace final. Mientras Trump arremete contra la actual administración, Harris ha recordado a los "13 patriotas devotos" que perdieron la vida en la evacuación, un intento por humanizar la conversación y poner de relieve el sacrificio de los miembros de las fuerzas armadas. Esta estrategia busca contrarrestar la narrativa de Trump, apelando a la empatía y el patriotismo en un momento de profunda división. Finalmente, este enfrentamiento entre Trump y Harris no solo es un reflejo de la política actual, sino que también pone de manifiesto las heridas abiertas que dejó la guerra en Afganistán. A medida que se acercan las elecciones de 2024, es probable que la retirada siga siendo un punto focal de debate, mientras ambos bandos intentan llevar la delantera en una contienda cada vez más polarizada.