Perú se compromete a cumplir regla fiscal en 2024 frente a expectativas variadas

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha reafirmado su compromiso de que Perú cumplirá con su regla fiscal en 2024, un anuncio que ha generado diversas reacciones y expectativas tanto en el ámbito económico como social. Este pronunciamiento se enmarca dentro del Marco Macroeconómico Multianual 2025-2028 (MMM 2025-2028), presentado el pasado 23 de agosto, donde el MEF detalla las proyecciones y estrategias que sustentan esta afirmación. Una de las medidas clave que respaldan esta declaración es el Decreto Legislativo N° 1621, que establece una disminución "más gradual" del déficit fiscal, fijando un límite del 2.8% del Producto Bruto Interno (PBI) para el próximo año. Esta cifra marca un cambio con respecto a la norma anterior, que estipulaba un límite más estricto del 2% del PBI, lo que ha llevado a algunos analistas a cuestionar si esta flexibilización es realmente necesaria o si responde a presiones del contexto económico actual. El MEF ha argumentado que, con la nueva trayectoria fiscal, el país podría mantener déficits moderados y niveles de deuda pública relativamente bajos, lo cual le permitirá preservar su posición fiscal favorable frente a otras economías emergentes y de la región. Según el ministerio, este enfoque propuesto también ayudará a optimizar el crecimiento económico y a estabilizar las finanzas públicas en el largo plazo. De acuerdo con las proyecciones del MMM, el déficit fiscal para 2024 se estima en un 2.8% del PBI, con una deuda pública que alcanzará el 33.2% del PBI. Esto representa un ajuste respecto a las expectativas previas, donde se pronosticaba un déficit de 2.5% del PBI. El MEF atribuye este aumento a la inclusión de recursos adicionales en el presupuesto de 2024, que suman S/ 3 mil millones, destinados a la recuperación económica tras los efectos adversos de años anteriores. En cuanto a los ingresos fiscales, se prevé un crecimiento del 4% real, lo que permitiría que estos alcancen el 19.5% del PBI. Esta mejora se fundamenta en la recuperación económica proyectada, que se espera sea de un 3.2% anual, así como en la eliminación de factores tributarios temporales que afectaron los resultados en 2023. Además, se mencionan medidas fiscales y de administración que contribuirían a esta recuperación. El gasto público, por su parte, experimentará un crecimiento más moderado, estimándose en un 2.3% real, lo que lo situaría en el 20.5% del PBI en 2024. Esta cifra es inferior al 21% del PBI registrado en 2023 y refleja el retiro de las medidas extraordinarias adoptadas durante el año pasado. El MEF ha indicado que este ajuste es necesario para conducir el gasto hacia niveles más sostenibles, similares a los previos a la pandemia. Sin embargo, el contexto actual no es del todo optimista. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el déficit fiscal hasta junio de 2023 se mantuvo en un 4% del PBI, un dato que dista mucho de las metas fiscales del MEF para 2024. El ministerio ha señalado que este déficit elevado se debe a varios factores adversos que impactaron las finanzas públicas en la primera mitad del año, y que no se anticipan replicar en el segundo semestre. Las proyecciones del MEF sugieren que el déficit fiscal se ubicará en torno al 2.1% del PBI en el segundo semestre de 2024, alineándose con promedios históricos antes de la pandemia. Este pronóstico se basa en la expectativa de recuperación de ingresos fiscales y la eliminación de gastos extraordinarios, además de la implementación de medidas fiscales destinadas a fortalecer la recaudación. A medida que se discuten las proyecciones del MEF, surgen interrogantes sobre su viabilidad y la capacidad del gobierno para cumplirlas en un entorno económico global incierto. Analistas y economistas han expresado preocupación por los riesgos que podrían poner en jaque estos objetivos, especialmente si las condiciones económicas no mejoran como se esperaba. Así, el compromiso del MEF de cumplir con la regla fiscal en 2024 se convierte en un tema de relevancia nacional, que exige tanto seguimiento como un análisis crítico de los factores que pueden influir en su éxito o fracaso en el futuro cercano. La economía peruana se enfrenta a desafíos significativos, y la capacidad del gobierno para gestionar prudentemente sus finanzas será clave en los próximos años.