Peso mexicano se deprecia en medio de incertidumbre económica y alta inflación

Peso mexicano se deprecia en medio de incertidumbre económica y alta inflación

El peso mexicano cayó a 19,53 por dólar, reflejando la debilidad económica y alta inflación. Inversionistas muestran preocupación por el futuro.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El peso mexicano ha experimentado una nueva caída, reflejando la fragilidad de la economía nacional y la persistente amenaza de la inflación. El jueves, la moneda nacional se depreció ligeramente, cotizando en 19,53 pesos por dólar, lo que representa una disminución del 0,8%. Este descenso se produce tras la reciente publicación de datos económicos que confirman una desaceleración en el crecimiento, así como un leve descenso en la inflación, que no obstante continúa muy por encima de los objetivos del Banco de México. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Producto Interno Bruto (PIB) desestacionalizado mostró un aumento del 0,2% durante el segundo trimestre del año en comparación con el anterior. Sin embargo, cuando se analiza en términos anuales, el incremento fue de solo 1%, lo que plantea preocupaciones sobre la recuperación económica del país. La ligera mejora en la actividad económica contrasta con la persistente presión inflacionaria, que se situó en 5,16% en la primera quincena de agosto, un descenso que, aunque positivo, sigue siendo inaceptable en relación con el rango objetivo de entre 3% y 4%. Los inversionistas han reaccionado ante esta situación vendiendo sus posiciones en pesos, un movimiento que ha contribuido a la caída del tipo de cambio. Esta tendencia se intensificó el miércoles, cuando la moneda mexicana cayó un 1,75% debido a factores tanto internos como externos. En particular, una revisión a la baja en el número de empleos creados en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, ha alimentado un clima de pesimismo acerca de las perspectivas económicas. Además, la posibilidad de que el partido oficialista y sus aliados logren una mayoría calificada en el Congreso ha generado nerviosismo entre los inversionistas, quienes temen que esto facilite la aprobación de reformas al Poder Judicial que podrían afectar negativamente el clima de negocios y las inversiones. En este contexto, los analistas de Banorte advirtieron sobre los "vientos en contra" que enfrenta la actividad económica. Subrayaron la necesidad de estar atentos a los posibles efectos del fenómeno de La Niña en la producción agrícola y la importancia de la temporada de lluvias en los meses venideros. También señalaron que, si la desaceleración en la actividad económica de Estados Unidos persiste, es probable que las manufacturas en México vean una moderación en su crecimiento. A pesar de estos desafíos, algunos analistas, como los de Citibanamex, tienen una visión más optimista respecto a la inflación. Según sus proyecciones, se espera que este indicador mantenga una tendencia gradual a la baja, con una estimación de que cierre el año en un 4,4%. Esta opinión se basa en las recientes disminuciones en los precios de los productos agropecuarios y algunos servicios, que han superado las expectativas de los economistas. Sin embargo, los datos económicos actuales sugieren que la economía mexicana se encuentra en una encrucijada. La caída del peso es un síntoma de una mayor falta de confianza entre los inversionistas, alimentada por la incertidumbre política y la debilidad en el crecimiento económico. La combinación de una inflación persistentemente alta y un crecimiento económico anémico plantea serios retos para las políticas económicas del país. El gobierno, por su parte, se enfrenta a la difícil tarea de estabilizar la economía y restaurar la confianza de los inversionistas. Las decisiones que tome en los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo de la economía mexicana y la fortaleza del peso frente al dólar. La situación actual podría obligar a las autoridades a replantear sus estrategias para abordar la inflación y fomentar un crecimiento sostenido. En resumen, el panorama económico de México se dibuja complejo y lleno de incertidumbre. La caída del peso, la inflación persistente y el débil crecimiento son factores que los responsables de la política económica deberán manejar con cautela para evitar que la situación se agrave. En este sentido, es esencial que se implementen medidas que fortalezcan la confianza de los inversionistas y promuevan un entorno económico más estable. La economía mexicana requiere no solo de soluciones a corto plazo, sino también de una visión a largo plazo que contemple los desafíos futuros y las oportunidades que puedan surgir.

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