Auge de energías renovables en EE. UU. enfrenta incertidumbres políticas preelectorales

Auge de energías renovables en EE. UU. enfrenta incertidumbres políticas preelectorales

Estados Unidos avanza en energías renovables, pero la incertidumbre política y la IRA podrían afectar el futuro de la inversión en el sector.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

En los últimos años, Estados Unidos ha vivido un auge notable en la producción y uso de energía renovable, alcanzando cerca del 30% de su capacidad eléctrica total. Este crecimiento ha sido impulsado en gran medida por incentivos federales, especialmente a través de créditos fiscales que han permitido a las empresas invertir en energías limpias y tecnologías sostenibles. Sin embargo, este avance no ha estado exento de controversia, ya que se ha convertido en un punto de discordia entre los dos principales partidos políticos del país, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de las energías renovables en el contexto de las próximas elecciones. La "Ley de Reducción de la Inflación" (IRA), una de las iniciativas más ambiciosas de la administración Biden, fue aprobada exclusivamente con el apoyo del Partido Demócrata. A pesar de su nombre, la IRA se centra significativamente en la lucha contra el cambio climático, al invertir hasta un billón de dólares en proyectos que buscan reducir las emisiones de dióxido de carbono. Esta legislación no solo prorroga la vigencia de créditos fiscales existentes, sino que también introduce nuevas medidas que benefician diversas fuentes de energía limpia, reflejando un compromiso con la sostenibilidad a nivel federal. Entre los aspectos más destacados de la IRA están los incentivos para la fabricación de vehículos eléctricos, sistemas de almacenamiento de energía y equipos que facilitan la transición a una economía más verde. Además, se ha establecido un marco que permite ajustar el valor de los créditos fiscales en función del cumplimiento de ciertos criterios, lo que busca promover no solo la producción de energía limpia, sino también el desarrollo económico en zonas desfavorecidas. El impacto de la IRA ha sido significativo, con compromisos de inversión que superan los 114.000 millones de dólares. Sin embargo, el camino hacia la implementación de estos proyectos ha enfrentado desafíos, incluyendo la inflación, el aumento de las tasas de interés y problemas en la cadena de suministro. Estos obstáculos son preocupantes, pero la mayor amenaza podría ser la inestabilidad política que se avecina con las elecciones. La vicepresidenta Kamala Harris parece estar alineada con la visión de Biden sobre las energías renovables, lo que sugiere que, de ganar, su administración podría continuar la trayectoria de inversión en este sector. Por otro lado, el expresidente Donald Trump ha reiterado su preferencia por aumentar la producción de hidrocarburos y ha mostrado escepticismo hacia el avance de las energías renovables. Aunque ha distanciado su postura de la radical "Agenda 2025", su oposición a la IRA es clara, lo que podría generar un retroceso en los progresos logrados. Es probable que, incluso si Trump regresa a la Casa Blanca y los republicanos recuperan el control del Congreso, la IRA no sea derogada completamente. Muchos de los proyectos que se benefician de esta ley se encuentran en distritos donde los republicanos tienen una fuerte presencia, lo que podría complicar cualquier intento de desmantelar completamente la legislación. No obstante, el riesgo de cambios parciales es real, incluyendo la imposición de límites a los incentivos fiscales o la reducción de su duración. Adicionalmente, el presidente podría utilizar su autoridad ejecutiva para ralentizar o bloquear la implementación de ciertos programas, lo que representaría un obstáculo significativo para la transición energética del país. Esto podría llevar a una situación en la que, aunque no se produzcan cambios drásticos en la ley, la inacción administrativa podría frenar el progreso en el sector de las energías renovables. A medida que nos acercamos a las elecciones de noviembre, la comunidad empresarial y los inversores estarán observando de cerca los resultados. Cualquier cambio en la administración podría llevar a un parón en lugar de un retroceso claro, pero la incertidumbre política puede desincentivar nuevas inversiones en el sector, afectando la confianza de los inversores y el futuro de la industria de energías renovables en Estados Unidos. Por lo tanto, el mensaje es claro: el futuro de las energías renovables en el país está intrínsecamente ligado a las decisiones políticas que se tomarán en los próximos meses. La comunidad energética y los ciudadanos deben estar preparados para actuar y abogar por políticas que apoyen la transición hacia una economía más sostenible, independientemente de quién esté en el poder después de noviembre. La lucha por un futuro más limpio y sostenible no solo es una cuestión de política, sino de responsabilidad colectiva hacia las futuras generaciones.

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