Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las autoridades chinas han intensificado su ofensiva para controlar el creciente furor en el mercado de bonos del país, una acción que refleja la preocupación del gobierno ante el riesgo que representa la exposición de los bancos a las tasas de interés fluctuantes. El viernes pasado, en una medida poco común, se ordenó a los bancos rurales de Jiangxi que no llevaran a cabo el settlement de recientes operaciones de deuda pública, una decisión que va en contra de las prácticas habituales del mercado y que ha dejado a muchos inversionistas desconcertados. La intervención de los reguladores busca enfriar un repunte en los rendimientos de los bonos que había alcanzado mínimos históricos, específicamente una tasa de referencia a 10 años que tocó un 2.12% a principios de octubre. Sin embargo, tras la reciente intervención, esta tasa ha comenzado a aumentar, situándose en torno al 2.22%. Este movimiento es un claro indicativo de la intención del gobierno de restablecer un equilibrio en el mercado y de prevenir una burbuja que podría afectar la estabilidad financiera del país. A pesar del aparente éxito inicial de las medidas, los analistas advierten sobre los riesgos que conlleva la intervención del gobierno. "La intromisión de las autoridades podría desvincular al mercado de sus fundamentos económicos y socavar la confianza de los inversionistas a largo plazo", aseveró Becky Liu, jefa de estrategia macro en Standard Chartered Plc. Estas palabras resaltan el dilema que enfrenta Pekín: apoyar la economía mediante costos de préstamos bajos, mientras se asegura de que el dinero no se vuelva tan barato que fomente burbujas de activos. El contexto actual también recuerda el colapso del Silicon Valley Bank, que adquirió bonos del Tesoro estadounidense antes de que las tasas subieran, lo que ha llevado a las autoridades chinas a ser más cautelosas. Han comenzado a tomar medidas para limitar los riesgos en las instituciones financieras y, en ese sentido, varias firmas de corretaje han reducido la negociación de bonos del Estado, siguiendo directrices de las autoridades. Las preocupaciones sobre los riesgos financieros se han visto reflejadas en la reacción del mercado. Los volúmenes de negociación de los bonos a 10 años cayeron drásticamente, alcanzando solo 58,000 millones de yuanes, lo que representa apenas el 48% de la media de la semana anterior. Este descenso en la actividad es un reflejo directo de la incertidumbre que rodea al mercado y de la falta de confianza en las medidas adoptadas por el gobierno. Por otro lado, los datos recientes han mostrado que los inversores extranjeros están retirando cantidades récord de dinero de China, lo que pone de manifiesto un pesimismo generalizado hacia los activos del país. Esta fuga de capitales resalta la percepción negativa que tienen muchos sobre la estabilidad económica y financiera de China en el contexto actual. En medio de todo esto, el Banco Popular de China ha estado realizando esfuerzos para advertir al mercado sobre los riesgos de las tasas desde abril, intentando establecer un nivel de "comodidad" para los bonos a largo plazo y disuadir posiciones especulativas. Sin embargo, los economistas se preguntan si estas medidas serán suficientes para elevar los rendimientos a largo plazo, dado que, al final, son los fundamentos económicos los que determinan el comportamiento del mercado. La deuda pública china ha estado en aumento, impulsada por las sombrías perspectivas económicas y expectativas de recortes en las tasas de interés. La falta de alternativas atractivas, como el sector inmobiliario y las acciones, ha llevado a muchos inversores a optar por la deuda pública, lo que ha alimentado la demanda. Sin embargo, el aumento del endeudamiento público, destinado a estimular la economía, no ha logrado desanimar a los compradores que siguen viendo en los bonos una opción viable. En conclusión, la situación actual del mercado de bonos en China es un reflejo de la complejidad del momento económico que enfrenta el país. Las autoridades buscan equilibrar la necesidad de estimular el crecimiento económico con la necesidad de mantener la estabilidad financiera, en un contexto donde la intervención gubernamental puede tener consecuencias tanto positivas como negativas. A medida que la situación evoluciona, será crucial observar cómo se desarrollan tanto las medidas de intervención como la reacción del mercado ante ellas.