Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la campaña presidencial de 2024 se intensifica, ha surgido un consenso inesperado entre dos de los principales candidatos del país: el ex presidente Donald Trump y la actual vicepresidenta Kamala Harris están abogando por la eliminación de los impuestos sobre las propinas. Este tema, que resuena profundamente con un segmento significativo de la fuerza laboral estadounidense, comienza a desempeñar un papel fundamental en sus campañas mientras compiten por el apoyo de los votantes en las industrias de servicios. Trump, quien anunció por primera vez su propuesta en un mitin en junio, ha enmarcado la eliminación de los impuestos sobre las propinas como un medio para proporcionar alivio financiero a los trabajadores que a menudo dependen de las gratificaciones como una parte sustancial de sus ingresos. La industria de servicios—que comprende al personal de restaurantes, bartenders, taxistas, peluqueros y muchos otros—ha estado lidiando con desafíos financieros exacerbados por la pandemia de COVID-19 y las incertidumbres económicas. Al abogar por una política que permitiría a estos trabajadores conservar más de sus ganancias, Trump busca conectar con aquellos que sienten la presión de las dificultades económicas. Por otro lado del espectro político, Harris también ha adoptado la iniciativa de no imponer impuestos sobre las propinas, anunciando su apoyo este pasado fin de semana. Sin embargo, su respaldo no ha estado exento de controversia. La campaña de Trump rápidamente la ha etiquetado como “Copy Cat Kamala”, presentando su posición como un movimiento oportunista diseñado para ganarse el favor de una base de votantes importante. Este intercambio de dardos destaca la atmósfera cada vez más cargada de la campaña, donde cada propuesta política se examina en busca de originalidad e intención genuina. La industria de servicios representa un demográfico crucial en la fuerza laboral estadounidense, y el enfoque de los candidatos en las propinas podría verse como un intento de asegurar votos de estos trabajadores. La Asociación Nacional de Restaurantes, por ejemplo, informó que alrededor del 70% de los empleados de restaurantes dependen de las propinas, y muchos de ellos están preocupados por las implicaciones de la tributación sobre sus ya modestos ingresos. Además, la medida de eliminar los impuestos sobre las propinas también podría servir como un comentario más amplio sobre la desigualdad de ingresos y las luchas que enfrentan los trabajadores de bajos salarios en todo el país. A medida que la inflación continúa en aumento y el costo de vida sigue siendo un problema apremiante, ambos candidatos parecen reconocer la importancia de abordar las preocupaciones económicas de manera directa. Si bien la propuesta de eliminar los impuestos sobre las propinas marca un raro momento de acuerdo bipartidista, también plantea preguntas sobre las implicaciones más amplias para la política fiscal y los ingresos del gobierno. Los críticos podrían argumentar que esta medida podría conducir a pérdidas significativas en los ingresos fiscales, generando preocupaciones sobre su viabilidad. Además, hay preguntas sobre cómo se implementaría y se haría cumplir tal política, dado el carácter informal de las propinas en muchas industrias de servicios. A medida que la campaña se desarrolla, será interesante ver cómo se desarrolla este tema y si ganará tracción entre los votantes. Con ambos candidatos compitiendo por el favor de los trabajadores de la industria de servicios, el debate sobre las propinas podría convertirse en una característica definitoria de sus plataformas. En última instancia, a medida que los estadounidenses se dirigen a las urnas el próximo año, la pregunta sigue siendo: ¿será suficiente la promesa de no impuestos sobre las propinas para influir en aquellos que dependen de ellas?