Los aliados de Trump pintan a Walz como una amenaza de extrema izquierda en medio del aumento de tensiones políticas.

En un movimiento estratégico para fortalecer la narrativa de su campaña, el ex presidente Donald Trump y sus aliados han comenzado a enmarcar al gobernador de Minnesota, Tim Walz, como una figura "peligrosamente liberal" en el escenario nacional. Esta caracterización surge en medio de una creciente especulación sobre posibles candidatos a la vicepresidencia, con la elección respaldada por Trump, JD Vance, liderando la carga en las críticas. Los comentarios de Vance, realizados durante un mitin reciente, retratan a Walz como situado en la "extrema izquierda" del Partido Demócrata, una afirmación respaldada por una crítica aguda a la respuesta de Walz ante los disturbios civiles que envolvieron a Minneapolis tras el asesinato de George Floyd en 2020. Vance afirmó que la demora de Walz en movilizar a la Guardia Nacional durante los disturbios permitió que se desatara el caos, declarando: "Se quedó sentado y dejó que la ciudad de Minneapolis ardiera". Esta narrativa ha sido reiterada por otros republicanos prominentes, incluido el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien reforzó la noción de que Walz no protegió a su ciudad durante un momento crucial en la historia estadounidense. Los disturbios en Minneapolis, provocados por la trágica muerte de Floyd a manos de la policía, atrajeron la atención nacional y desataron protestas en todo el país. Si bien muchas de las manifestaciones fueron pacíficas y pedían justicia, otras se convirtieron en violencia, saqueos e incendios, lo que llevó a daños materiales extensos y a un profundo reconocimiento cultural sobre la policía y la equidad racial. Los republicanos están aprovechando estos eventos para retratar a Walz como ineficaz y desconectado de las preocupaciones de seguridad pública. Añadiendo leña al fuego, los recientes comentarios de Walz en un evento de campaña han provocado la ira de los republicanos. Durante una reunión organizada por "White Dudes for Harris", animó a los demócratas a abrazar sus valores progresistas, bromeando: "El socialismo de una persona es la vecindad de otra". Esta declaración ha sido recibida con reacciones negativas, con los republicanos del Senado declarando que él y la vicepresidenta Kamala Harris son el "boleto más extremo de la historia". Su objetivo es claro: pintar el boleto demócrata como demasiado liberal para los votantes de la corriente principal. Los críticos dentro del GOP no solo están atacando las políticas de Walz, sino que también sugieren que su nominación podría, sin querer, fortalecer las posibilidades de Trump en las próximas elecciones. Kellyanne Conway, una ex asesora principal de Trump, comentó en las redes sociales: "¿Tim Walz? Qué alivio", indicando que su candidatura podría ser vista como un oponente más débil. A medida que el ciclo electoral se intensifica, Trump y sus aliados continúan perfeccionando su mensaje, apuntando tanto a Walz como a Harris como emblemáticos de una agenda demócrata que afirman está fuera de sintonía con los valores estadounidenses. Con las apuestas en aumento, el enmarcamiento de esta narrativa podría ser crucial mientras ambos partidos se preparan para lo que promete ser una batalla contenciosa en noviembre.