Tappoyo: La fintech que empodera a mujeres emprendedoras en Perú

Tappoyo, una fintech de impacto social, ha emergido como un faro de esperanza para muchas mujeres en situación de vulnerabilidad en Perú. Su misión, en palabras de Rennzo Contreras, cofundador y director Comercial de la compañía, es "convertir mujeres invisibles en emprendedoras invencibles". Esta iniciativa nace de una experiencia personal, inspirada en su madre, quien, a pesar de ser una emprendedora tenaz, no pudo acceder a oportunidades de financiamiento debido a la informalidad de su negocio. Desde su fundación hace seis años, Tappoyo ha expandido su alcance a seis regiones del país, destacando Lima y Callao, y extendiéndose a Ucayali, Huánuco, San Martín, Pasco, Junín y Cajamarca. A través de su innovadora plataforma, la fintech busca ofrecer soluciones de financiamiento a mujeres de los sectores C, D y E, facilitando la obtención de préstamos grupales de una manera rápida y eficaz. Contreras señala que este enfoque no solo está diseñado para atender a quienes carecen de acceso a crédito, sino que busca crear un impacto tangible en sus vidas. La metodología de Tappoyo se centra en la formación de grupos de entre ocho y 15 personas que se conocen y comparten la misma comunidad. Este sistema de crédito colectivo permite que las mujeres puedan acceder a financiación en un tiempo récord. Mientras que otras instituciones pueden tardar entre siete y 14 días hábiles en procesar una solicitud, en Tappoyo el tiempo se reduce a solo cinco días, y se espera que en un futuro se logre disminuir este plazo a tan solo dos días. La fintech se presenta como una alternativa a los prestamistas informales, que abarcan a una gran parte de la población peruana y aplican tasas de interés exorbitantes, que oscilan entre el 1,000% y el 1,400%. Estos préstamos abusivos generan un ciclo de deudas insostenibles y prácticas de cobranza abusivas que perpetúan la pobreza. En contraste, Tappoyo ha beneficiado a más de 4,000 mujeres en tan solo dos años, con un notable 92% reportando mejoras en su calidad de vida tras recibir apoyo financiero. El modelo de Tappoyo no solo se enfoca en la financiación, sino también en empoderar a las mujeres a través del conocimiento financiero. A través de su red de mercadeo directo, las colaboradoras han experimentado un aumento del 30% en sus ingresos, permitiéndoles no solo subsistir, sino también prosperar. Contreras enfatiza que su objetivo no es que trabajen a tiempo completo para la empresa, sino que este ingreso adicional les ofrezca un respiro en sus condiciones de vida. A pesar de la creciente aceptación de su modelo, Tappoyo enfrenta desafíos. La tasa de morosidad actual se sitúa en un 9.5%, lo que Contreras considera una cifra competitiva en comparación con otras entidades que registran tasas de morosidad de hasta el 15%. Esta eficiencia en la gestión de riesgos es fundamental para la sostenibilidad del modelo de negocio y para mantener la confianza tanto de las beneficiarias como de los inversores. El reciente reconocimiento que ha recibido Tappoyo al ganar el premio Creatividad Empresarial en dos categorías refuerza su posición en el mercado. Contreras destaca que este galardón no solo valida su compromiso con el impacto social, sino también su capacidad para ser una empresa rentable que innova en un sector tan complejo como el financiero. La clave, afirma, está en un equipo apasionado que entiende la importancia de generar un impacto positivo en la vida de las personas. Con la mirada puesta en el futuro, Tappoyo planea consolidarse en el mercado peruano, con el objetivo de impactar a 4,500 mujeres en 2024. La empresa se encuentra en una fase de rediseño estratégico para establecer una base financiera robusta y un soporte tecnológico que permita escalar sus operaciones. En este contexto, la captación de talento se convierte en un pilar fundamental para su crecimiento. Además, el horizonte se amplía con planes de internacionalización. Colombia se perfila como el primer país en el que Tappoyo buscará expandirse, dado que las realidades culturales y sociales son similares a las del Perú. Contreras señala que en el país vecino no existe un sistema de financiamiento colectivo, lo que representa una oportunidad única para implementar su modelo y ofrecer soluciones a un mercado que todavía está por explorar. En resumen, Tappoyo se erige como un ejemplo de cómo la innovación en el ámbito financiero puede ser una herramienta poderosa para transformar vidas. Con su enfoque en empoderar a las mujeres y ofrecerles las herramientas necesarias para convertirse en emprendedoras exitosas, la fintech no solo está cambiando realidades individuales, sino que también está desafiando las estructuras tradicionales del sistema financiero en Perú y más allá.