Controversia por pensión vitalicia a Fujimori reaviva críticas y desconfianza en Perú

Controversia por pensión vitalicia a Fujimori reaviva críticas y desconfianza en Perú

El Congreso de Perú aprueba una pensión vitalicia para Alberto Fujimori, generando críticas sobre motivaciones políticas y desconfianza ciudadana.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

La decisión del Congreso de la República de Perú de aprobar una pensión vitalicia para el expresidente Alberto Fujimori ha suscitado una ola de cuestionamientos y acusaciones sobre las motivaciones políticas detrás de esta medida. A pesar de su vacancia en 2001 y su renuncia desde Japón en medio de escándalos de corrupción, la carta 1018-2024, fechada el 10 de julio del 2024, ha autorizado este controvertido beneficio. La noticia no solo ha reavivado el debate sobre la figura de Fujimori, sino que también ha llevado a examinar la relación de ciertos actores políticos con el partido Alianza para el Progreso (APP), liderado por el gobernador regional César Acuña. Según un informe del programa Cuarto Poder, se han señalado vínculos entre la aprobación de la pensión y personajes cercanos a APP. Entre ellos destaca Haidy Janette Figueroa Valdéz, actual jefa del departamento de recursos humanos del Congreso. Figueroa, quien ha sido militante del partido desde 2014, ha negado cualquier relación con APP, lo que ha generado más suspicacias sobre el proceso que llevó a esta decisión legislativa. Otro nombre que ha emergido en este entramado es el abogado José Rubio Preciado, quien fue el encargado de sustentar la aprobación de la pensión vitalicia. Su breve paso por el Congreso, de apenas unos meses, ha sido objeto de crítica, especialmente porque su contratación coincidió con el proceso que finalmente dio luz verde a la solicitud de Fujimori. Las dudas sobre su idoneidad y los motivos detrás de su elección son evidentes, considerando que es conocido por sus lazos con APP. El caso se torna aún más intrigante cuando se considera que Rubio Preciado fue revocado de su cargo solo diez días después de haber presentado su alegato a favor de la pensión. Su breve permanencia en el puesto y el salario de más de S/ 19 mil que recibió han dejado a muchos preguntándose sobre la transparencia y la legitimidad de la decisión tomada por el Congreso. El abogado de Fujimori, Elio Riera, ha defendido la legalidad de la pensión, argumentando que la ley permite a los expresidentes contar con personal administrativo y otros beneficios, como seguridad y vales de gasolina. Riera ha manifestado que, dado que la ley lo permite, consideran que tienen el derecho de solicitar lo que corresponde legalmente. Sin embargo, la justificación de la pensión vitalicia para un expresidente que dejó el cargo en medio de una crisis política y con múltiples acusaciones de corrupción ha provocado la indignación de diversos sectores de la sociedad peruana. Muchos ciudadanos ven esta medida como un intento de legitimar y reintegrar a una figura política que ha sido objeto de un extenso debate sobre su legado y su impacto en la historia reciente del país. La percepción pública sobre esta aprobación no solo está marcada por la figura de Fujimori, sino que también refleja una creciente desconfianza hacia las instituciones políticas en Perú. La conexión entre la medida y APP ha levantado sospechas sobre posibles acuerdos políticos detrás de la escena, que podrían estar motivando a ciertos actores a favorecer a un exmandatario por razones que van más allá de la legalidad. El debate sobre la pensión vitalicia de Fujimori no se limitará al ámbito político, sino que también se trasladará a las calles y a las redes sociales, donde ciudadanos y organizaciones civiles comenzarán a movilizarse en protesta. La situación se convierte en un claro ejemplo de cómo las decisiones políticas pueden afectar la percepción de la democracia y la confianza de la población en sus representantes. En este contexto, es imperativo que los medios de comunicación y la sociedad civil mantengan vigilancia sobre las acciones del Congreso y otros actores políticos. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para fortalecer la democracia y garantizar que las decisiones que afectan a la ciudadanía se tomen con la mayor claridad posible. En un país que ha vivido episodios oscuros en su historia reciente, la pensión vitalicia de Alberto Fujimori representa un símbolo de la lucha continua por la justicia y la equidad. Los ciudadanos no solo deben cuestionar la legalidad de esta decisión, sino también reflexionar sobre el tipo de liderazgo y representación que desean para el futuro de Perú.

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