Chevron abandona California y se traslada a Texas por tensiones ambientales

Chevron abandona California y se traslada a Texas por tensiones ambientales

Chevron abandona California tras 145 años, mudándose a Texas por regulaciones ambientales y costos elevados, generando incertidumbre económica.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

Chevron, una de las compañías petroleras más grandes de Estados Unidos y un pilar de la economía californiana durante 145 años, ha decidido abandonar el estado que la vio nacer. La decisión, anunciada el viernes, implica un traslado de sus oficinas corporativas a Houston, Texas, en un movimiento que no solo tiene implicaciones económicas, sino que también refleja tensiones crecientes entre la empresa y las políticas ambientales del estado. El CEO de Chevron, Mike Wirth, argumentó que la mudanza responde a la necesidad de centralizar las operaciones en lo que él considera la "capital energética" del país, pero también destacó las dificultades que enfrentan las empresas en California debido a sus estrictas regulaciones ambientales. "Creemos que California tiene varias leyes que elevan los costos, dañan a los consumidores y desincentivan las inversiones", comentó Wirth, quien también indicó que los cambios en la legislación energética han sido un factor determinante en la decisión de reubicar la sede. La salida de Chevron no es un incidente aislado. En septiembre de 2022, el gobernador de California, Gavin Newsom, y el fiscal general Rob Bonta, promovieron una demanda contra varias empresas petroleras, incluidas Chevron, acusándolas de dañar el medio ambiente durante décadas. Este tipo de litigios ha creado un clima de incertidumbre para las petroleras, que sienten que sus operaciones están bajo un constante escrutinio. A pesar de los retos en California, Chevron ha disfrutado de ganancias récord en los últimos años impulsadas por el aumento en los precios de los combustibles. No obstante, la presión sobre la empresa ha aumentado, y Wirth ha señalado que los costos derivados de las regulaciones alcanzan los 4.000 millones de dólares anuales. La empresa, que emplea aproximadamente 2.000 personas en San Ramón, planea trasladar a estos empleados a sus instalaciones en Houston, donde ya tiene una base de 7.000 trabajadores. El entorno económico en California ha cambiado drásticamente, especialmente con la implementación de una nueva ley destinada a controlar la manipulación de precios de la gasolina. Esta medida se introdujo tras el notable aumento de los precios durante la pandemia, lo que generó descontento entre los consumidores. Según Newsom, apenas cuatro compañías, incluida Chevron, controlan el 90% de las refinerías en el estado, lo que plantea preocupaciones sobre la posible colusión y el impacto en los precios del combustible. El gobernador Newsom no tardó en responder a la noticia de la salida de Chevron, utilizando las redes sociales para enfatizar que la decisión de la compañía refleja una falta de responsabilidad en el sector energético. En su mensaje, recordó que, a pesar de los altos precios de la gasolina, los impuestos y tasas estatales no habían cambiado, lo que sugiere que las ganancias de la industria fueron el verdadero motor detrás del aumento de los precios. Además, Chevron ha enfrentado críticas sobre la contaminación generada por sus operaciones en California. En particular, su refinería en El Segundo ha sido identificada como una de las más contaminantes del país, afectando la calidad del agua en la región. Este tipo de preocupaciones medioambientales han alimentado la narrativa en torno a la demanda de justicia climática que el estado ha impulsado. La mudanza de Chevron a Texas se produce en un contexto más amplio de reubicaciones empresariales, como la reciente decisión de Elon Musk de trasladar las oficinas de SpaceX y X a Houston. Musk ha declarado que su decisión se debe a leyes en California que considera inaceptables, lo que sugiere que existe un patrón de descontento entre las empresas de tecnología y energía hacia las regulaciones progresistas del estado. Con la salida de Chevron, el impacto en la economía californiana aún está por verse, pero los analistas advierten que la pérdida de una empresa de tal magnitud podría tener ramificaciones significativas, tanto en términos de empleo como de inversión en la región. La decisión de Chevron también podría influir en la percepción de otras empresas sobre el clima de negocios en California. En resumen, la mudanza de Chevron es un síntoma de las tensiones en juego entre la industria energética tradicional y las políticas ambientales que buscan mitigar el cambio climático. A medida que el estado se adentra en un futuro más sostenible, la salida de una empresa icónica como Chevron abre un debate sobre cómo equilibrar las necesidades económicas con la urgencia de proteger el planeta. La historia de Chevron en California es un recordatorio de que la lucha por un futuro más limpio y sostenible a menudo se enfrenta a desafíos significativos en el ámbito empresarial.

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