Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un notable cambio en los patrones de inmigración, la administración Biden ha informado una disminución significativa en los cruces de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, marcando el quinto mes consecutivo de descenso en las detenciones. Esta reducción llega en un momento crucial para los demócratas, ya que la inmigración ha emergido como un tema polémico de cara a las próximas elecciones. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, atribuyó esta caída a una serie de acciones decisivas tomadas por la administración destinadas a abordar la inmigración ilegal, que durante mucho tiempo ha representado una vulnerabilidad política para el partido. "Este es el resultado de una serie de acciones que esta administración ha tomado", declaró Mayorkas en una reciente entrevista con CBS. Una de las medidas más significativas instauradas por el presidente Biden fue una orden ejecutiva firmada el mes pasado, que otorga a los funcionarios de inmigración de EE. UU. la facultad de deportar a los migrantes sin necesidad de procesar sus solicitudes de asilo. Esta política, descrita como una de las estrategias fronterizas más estrictas promulgadas por un presidente demócrata en la historia reciente, ha recibido críticas contundentes de facciones de izquierda dentro del partido que argumentan que socava los principios de asilo y protección a refugiados. No obstante, Biden ha insistido en que tales medidas son necesarias para "controlar nuestra frontera", enfatizando que la inacción simplemente no es una opción. Los datos del gobierno revelan una tendencia a la baja en las detenciones en la frontera incluso antes de la nueva orden ejecutiva. En febrero se registraron 141,000 encuentros con migrantes, que disminuyeron a 137,000 en marzo, 129,000 en abril, seguidos de 118,000 en mayo y una nueva caída a 84,000 en junio. Es notable que estas cifras no contabilizan los cruces fronterizos oficiales, donde la administración ha estado procesando aproximadamente 1,500 migrantes diarios a través de una aplicación para teléfonos inteligentes que facilita citas programadas entre migrantes y agentes fronterizos de EE. UU. Las autoridades mexicanas también han intensificado sus esfuerzos para frenar el flujo de migrantes, implementando medidas para interceptar a las personas antes de que intenten cruzar a Estados Unidos. Estas iniciativas colaborativas entre ambas naciones reflejan una estrategia más amplia para gestionar la migración de manera efectiva. A medida que la frontera sur sigue siendo un punto álgido en la política estadounidense, la administración Biden enfrenta una creciente presión por parte de los republicanos, quienes han criticado de manera consistente la gestión de la inmigración por parte del presidente. El expresidente Donald Trump acusó recientemente a Biden de "rendirse ante nuestra frontera sur", una afirmación que subraya el ambiente políticamente cargado que rodea a la política de inmigración. En respuesta, el equipo de Biden ha rechazado tales afirmaciones, con el presidente condenando lo que él llama un "movimiento político extremadamente cínico" por parte de Trump y otros legisladores republicanos que obstaculizaron un plan fronterizo propuesto a principios de este año. Con las elecciones acercándose, la administración está interesada en demostrar avances en la gestión de la situación fronteriza, incluso mientras navega por el complejo y a menudo controvertido paisaje de la política de inmigración en EE. UU.