Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un cambio significativo en la política fiscal, millones de pensionistas verán la eliminación de los pagos de combustible invernal, un movimiento que ha suscitado una amplia preocupación y escrutinio mientras el gobierno laborista se prepara para su primer presupuesto bajo la canciller Rachel Reeves. Esta decisión ha provocado una revisión exhaustiva de las previsiones financieras, ya que el gobierno busca proporcionar una imagen más clara sobre el gasto departamental en el próximo Presupuesto de marzo de 2024. La canciller Reeves, durante un reciente discurso, esbozó planes para el próximo presupuesto, programado para el 30 de octubre, que ella insiste en que será transparente y honesto sobre los desafíos financieros que se avecinan. En un intercambio acalorado, el actual canciller Jeremy Hunt rechazó las afirmaciones del Partido Laborista de que las administraciones conservadoras anteriores habían ocultado realidades financieras. Afirmó que el enfoque del Laborismo sobre la fiscalidad podría llevar a lo que él calificó como "la mayor traición en la historia de un nuevo canciller", indicando que los aumentos de impuestos están en el horizonte. El contexto de estas discusiones está moldeado por el compromiso del Laborismo de adherirse estrechamente a su manifiesto electoral, que incluye la implementación de un impuesto del 20% a las escuelas privadas a partir del 1 de enero. Además, se espera que las compañías de petróleo y gas enfrenten un impuesto sobre ganancias extraordinarias más alto, una medida destinada a abordar lo que muchos consideran como sus beneficios desproporcionados tras la crisis energética. La portavoz de Hacienda de los Liberal Demócratas, Sarah Olney, ha instado al gobierno laborista a ir más allá, abogando por que las grandes corporaciones contribuyan con su parte justa de impuestos. La estrategia fiscal del Laborismo se ha definido por una promesa de no endeudarse para gastos cotidianos, lo que significa que el gobierno dependerá en gran medida de los ingresos fiscales para financiar sus gastos actuales. Esta postura ha levantado cejas entre los economistas, quienes sugieren que ambos partidos principales—el Laborismo y los Conservadores—se enfrentarán inevitablemente a una elección entre aumentar impuestos o realizar recortes significativos en el gasto público para cumplir con sus propias reglas fiscales autoimpuestas. Mientras se desarrolla el trasfondo de estas estrategias fiscales, también está en curso una controvertida investigación sobre corrupción relacionada con el Covid, destinada a recuperar 2.600 millones de libras que el Laborismo afirma se perdieron debido a contratos cuestionables durante la pandemia. Esta investigación subraya el continuo escrutinio y las medidas de rendición de cuentas que el gobierno debe navegar mientras busca ganar la confianza del público. Con la presión creciente y un paisaje económico complejo, el gobierno laborista tiene la tarea de equilibrar la responsabilidad fiscal con las necesidades de sus electores, particularmente de grupos vulnerables como los pensionistas que sentirán el impacto de los recortes en los pagos de combustible invernal. Las próximas semanas serán cruciales a medida que el gobierno consolide su enfoque presupuestario y las discusiones sobre fiscalidad y gasto se profundicen en la antesala del anuncio del presupuesto de octubre.