Maduro reafirma su compromiso con la vivienda en medio de tensiones electorales

En un ambiente de tensiones políticas y expectativas a flor de piel, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se dirigió a sus seguidores en Caracas este sábado, reafirmando su compromiso de construir viviendas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, en la víspera de las elecciones presidenciales. Este discurso tuvo lugar a pesar de la prohibición de realizar propaganda electoral, dado que la campaña oficial terminó el jueves pasado, según lo estipulado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Maduro, quien busca su reelección para un tercer mandato consecutivo, enfatizó que su gobierno continuará con la construcción de viviendas, prometiendo la edificación de 500,000 unidades por año durante su próximo período. "Vamos por más, hay mucha gente que necesita su vivienda y la va a tener", aseguró el mandatario, instando a la población a mantener la fe en su administración. Sus declaraciones, transmitidas por el canal estatal VTV, estaban destinadas a reforzar su imagen ante unos votantes que han visto cómo la crisis económica del país ha afectado gravemente su acceso a servicios básicos. El presidente, que ha estado en el poder desde 2013, también aprovechó la ocasión para criticar a su oposición, sugiriendo que sus rivales desean llevar a Venezuela hacia un modelo económico similar al de Argentina bajo el liderazgo de Javier Milei, quien ha manifestado intenciones de privatizar servicios esenciales. "La gente dice que no, en una sola voz", afirmó, asegurando que su base apoya su visión de un país donde los derechos del pueblo son prioritarios. A medida que se acercan las elecciones, el clima político se torna cada vez más tenso. La oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), presenta su propio candidato, el exembajador Edmundo González Urrutia, quien ha prometido un cambio ante la crisis que enfrenta el país. Sin embargo, Maduro ha descalificado a sus oponentes, acusándolos de ser responsables de una "guerra económica" que, según él, ha desestabilizado al país, una estrategia que ha utilizado como parte de su narrativa desde que asumió el poder. Los comicios de este domingo son cruciales, no solo por el futuro de Maduro, sino también por el destino de Venezuela, que atraviesa una de las crisis económicas más severas de su historia. Con más de 21 millones de electores en la lista, la participación ciudadana será clave. Además de Maduro y González, los votantes también tendrán la opción de elegir entre otros candidatos, entre ellos el pastor evangélico Javier Bertucci y el comediante Benjamín Rausseo, lo que introduce una variedad de voces en una contienda dominada históricamente por el chavismo. El consejo electoral ha afirmado que está listo para llevar a cabo el proceso electoral, pero la comunidad internacional observa de cerca, evaluando la transparencia y legitimidad de unas elecciones que han sido objeto de controversia en el pasado. La oposición ha denunciado irregularidades y limitaciones en el proceso, lo que ha alimentado el escepticismo respecto a la equidad de las elecciones. Mientras tanto, Maduro sigue apostando por su narrativa de unidad y progreso, prometiendo que su gobierno tiene "la llave que abre las compuertas a los próximos 50 años de la Venezuela potencia de paz, de igualdad y de felicidad". Sin embargo, muchos venezolanos se preguntan si estas promesas pueden traducirse en una mejora real en sus vidas, dadas las difíciles condiciones económicas y sociales que enfrentan diariamente. Con la incertidumbre política y económica en el aire, el resultado de estas elecciones podría marcar un hito en la historia reciente de Venezuela. La pregunta que queda en el aire es si el electorado decidirá continuar con el rumbo trazado por Maduro o si optará por un cambio que, según muchos, se hace cada vez más necesario. En un país donde la polarización política ha llevado a la división social, las decisiones que se tomen este domingo resonarán mucho más allá de los resultados electorales inmediatos.