Cobre: el metal esencial en la transición energética y su creciente demanda global

Cobre: el metal esencial en la transición energética y su creciente demanda global

El cobre es vital para la transición energética y la economía global, pero la creciente demanda y la producción incierta generan desafíos importantes.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La importancia del cobre en la economía global y su papel fundamental en la transición energética están provocando un renovado interés por este metal, conocido desde tiempos ancestrales, pero que ahora se encuentra en el centro de una revolución tecnológica y sostenible. Desde la década de 1960, el cobre ha sido un componente clave en la expansión de la industria electrónica y en la electrificación del mundo, un proceso que se ha acelerado en los últimos años. Este metal, con sus extraordinarias propiedades de conductividad y resistencia, es esencial en la fabricación de dispositivos que van desde teléfonos móviles hasta electrodomésticos y equipos médicos. La creciente demanda de electricidad, que se prevé que aumente del 20% actual al 51% para mediados de siglo, está impulsando la necesidad de cobre en múltiples sectores. Según la Asociación Internacional del Cobre, un vehículo eléctrico utiliza entre tres y cuatro veces más cobre que uno con motor de combustión interna, lo que pone de manifiesto la importancia del metal en la transición hacia fuentes de energía más limpias. Las tecnologías renovables requieren entre cuatro y doce veces más cobre que las plantas de energía basadas en combustibles fósiles, lo que convierte al cobre en un recurso crítico para lograr los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París. Sin embargo, la demanda mundial de cobre está proyectada para alcanzar cifras astronómicas: se estima que este año se consumirán 28 millones de toneladas métricas, y se anticipa que esta cifra superará los 31 millones para 2030, alcanzando potencialmente los 50 millones a mediados de siglo. Este aumento en la demanda plantea el desafío de asegurar un suministro adecuado, ya que la producción de cobre enfrenta dificultades cada vez mayores. La escasez de nuevos depósitos y el aumento de los costos de extracción han hecho que el futuro del suministro de cobre sea incierto. Según S&P Global, la brecha entre la oferta y la demanda de cobre podría convertirse en una crisis inminente, con un déficit que podría alcanzar los 10 millones de toneladas métricas para 2035. Mientras algunos analistas advierten sobre una posible escasez, otros argumentan que la respuesta podría estar en un aumento de la producción en América Latina, donde se concentra el 40% de la producción mundial. Sin embargo, extraer cobre de las minas se está volviendo cada vez más complicado, ya que los depósitos de mineral se encuentran a mayores profundidades y son, por lo tanto, más costosos de explotar. El reciclaje de cobre también juega un papel importante en el suministro. Se estima que alrededor del 32% de la demanda global se satisface mediante materiales reciclados. No obstante, el reciclaje no es suficiente para cubrir la creciente demanda, y se requerirán enormes inversiones en la minería para garantizar un suministro constante en el futuro. Se estima que, en la próxima década, se necesitarán aproximadamente 300.000 millones de dólares en inversiones para la explotación de nuevos depósitos y el reciclaje del cobre. Las inversiones necesarias no están avanzando al mismo ritmo que la demanda. Actualmente, solo el 40% del capital necesario ha sido aprobado, lo que plantea un desafío para la industria del cobre. Aunque se ha identificado una cantidad suficiente de recursos en el planeta, la producción no puede mantenerse al día con la demanda en el corto y medio plazo, lo que podría impactar negativamente las metas de descarbonización. En medio de esta tensión entre la oferta y la demanda, los precios del cobre han alcanzado niveles récord. En mayo de este año, el precio del cobre llegó a casi 11.000 dólares por tonelada, impulsado por la reducción de la oferta y la creciente demanda, especialmente de China, que representa un gran consumidor de cobre a nivel mundial. Los inventarios en el país han aumentado, lo que ha confundido a los analistas sobre la salud de la economía global, ya que este metal a menudo se considera un indicador de actividad económica. El papel del cobre en la transición hacia un futuro más verde y digital es indudable. Sin embargo, el camino hacia la sostenibilidad está lleno de desafíos. La producción de cobre es cada vez más complicada y costosa, y el tiempo necesario para llevar nuevos depósitos desde el descubrimiento hasta la producción ha aumentado significativamente en la última década. Este aumento en el tiempo de desarrollo hace que sea aún más difícil satisfacer la creciente demanda, lo que podría desestabilizar las cadenas de suministro en un momento crítico para la economía global. Como se puede ver, el cobre se ha convertido en un elemento esencial en la economía moderna. Con su importancia en las tecnologías renovables, la electrificación y la digitalización, es fundamental que la industria se enfoque en asegurar un suministro sostenible y suficiente para el futuro. Mientras tanto, el mundo giro hacia una nueva "Edad del Cobre", marcada no solo por la creciente demanda de este metal, sino también por la necesidad de un enfoque responsable y sostenible en su extracción y uso. A medida que las naciones buscan cumplir con sus objetivos climáticos y avanzar hacia la sostenibilidad, el "Doctor Cobre" se presenta como un actor clave en la búsqueda de un futuro más brillante y sostenible.

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