Tensión internacional se intensifica a horas de elecciones presidenciales en Venezuela

Tensión internacional se intensifica a horas de elecciones presidenciales en Venezuela

A días de las elecciones en Venezuela, aumentan tensiones internacionales por el veto a vuelos y la represión a opositores, en un ambiente de hostilidad.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

A menos de 48 horas de las elecciones presidenciales en Venezuela, la tensión internacional en torno al proceso electoral ha escalado notablemente, tras el veto a un vuelo que transportaba a exgobernantes latinoamericanos y la deportación de observadores enviados por Chile. La situación se ha desbordado en un escenario de creciente hostilidad, en el que el presidente Nicolás Maduro busca consolidar su tercer mandato en medio de denuncias de irregularidades y un clima de represión hacia la oposición. El veto a un vuelo de Copa Airlines que planeaba trasladar a varios exmandatarios, incluidos Mireya Moscoso de Panamá y Vicente Fox de México, ha sido calificado como un acto intimidatorio. Desde el aeropuerto de Tocumen, donde el vuelo intentó despegar, Moscoso compartió las conmovedoras reacciones de los pasajeros, muchos de los cuales eran venezolanos que deseaban participar en las elecciones. "Vimos lágrimas, gente llorando, pidiendo que nos quedáramos", relató la exmandataria, evidenciando el descontento y la desesperación de un pueblo que anhela cambios. Por su parte, Diosdado Cabello, una de las figuras más influyentes del régimen chavista, defendió la prohibición de entrada a los observadores, argumentando que nadie debería asistir a una "fiesta" a la que no ha sido invitado. Estas declaraciones han sido interpretadas como un intento deliberado de socavar la credibilidad del proceso electoral, que ya arrastra un largo historial de cuestionamientos. La situación se complica aún más con el trasfondo de la inhabilitación de la principal candidata opositora, María Corina Machado, lo que ha obligado a la Plataforma Unitaria a postular a Edmundo González Urrutia como su máximo representante. El gobierno chileno ha respondido con firmeza a la deportación de sus senadores, quienes fueron devueltos a su país al llegar al aeropuerto de Maiquetía. El senador Felipe Kast calificó el incidente como una "gran mentira" sobre la supuesta democracia que proclama el gobierno de Maduro. Esta acción ha generado un eco de protesta dentro de la comunidad internacional, aumentando las presiones sobre el régimen venezolano y reflejando la inquietud de gobiernos de la región. El clima de preocupación se ha intensificado aún más luego de que Maduro advirtiera sobre posibles "baños de sangre" si la oposición triunfara en las elecciones, lo cual ha llevado a líderes como Lula da Silva y Gabriel Boric a expresar su alarma. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, también se unió a este coro de voces críticas, reclamando el cese del hostigamiento a la oposición y denunciando una política de Estado para perpetuarse en el poder. A pesar de las tensiones, el Consejo Nacional Electoral, presidido por Elvis Amoroso, ha asegurado que todo está listo para el desarrollo de los comicios. Sin embargo, la oposición ha denunciado retrasos en la instalación de las más de 30,000 mesas de votación, lo que podría afectar la participación ciudadana en un proceso que tiene como objetivo involucrar a 21 millones de votantes. Mientras tanto, las violaciones a los derechos humanos continúan siendo un tema candente. La ONG Foro Penal reportó que al menos 135 personas vinculadas a la campaña de González Urrutia han sido arrestadas, lo que refleja un patrón sistemático de represión que busca silenciar las voces disidentes. Este contexto genera un ambiente de miedo y desconfianza, donde muchos venezolanos se sienten inseguros al expresar su apoyo a la oposición. Las encuestas recientes apuntan a una ventaja para González Urrutia, aunque desde el chavismo se desestiman estos datos, acusando a sus adversarios de intentar desconocer los resultados e incitar a la violencia. Esta retórica confrontacional plantea serias dudas sobre la legitimidad del proceso electoral y la disposición del régimen para aceptar un resultado adverso. A medida que se aproxima la jornada electoral, el futuro de Venezuela pende de un hilo. Las elecciones no solo son una oportunidad para que el pueblo exprese su voluntad sino también un test para la comunidad internacional, que observa con inquietud cómo se desarrolla este capítulo crucial en la historia del país. La posibilidad de un cambio significativo en el rumbo político de Venezuela está en juego, pero el costo podría ser elevado en un contexto de creciente polarización y conflicto.

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