Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La renuncia de Kimberly Cheatle, la primera mujer en dirigir el Servicio Secreto de EE.UU., ha generado un revuelo en el ámbito político y de seguridad del país. Cheatle presentó su dimisión luego de enfrentar duras críticas y presiones tras un atentado contra el expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio en un mitin de campaña en Pensilvania. La acción de un hombre armado que disparó desde un tejado cercano al evento puso en riesgo la vida de Trump y de varios asistentes, dejando un saldo de un muerto y dos heridos. Durante una audiencia de seis horas en la Cámara de Representantes, Cheatle defendió el trabajo de los agentes del Servicio Secreto pero admitió que el atentado fue un grave error operativo. Ante las críticas y la presión de los legisladores, la directora optó por renunciar asumiendo la responsabilidad por la falla de seguridad. En una carta de dimisión, expresó su deseo de evitar distracciones en la agencia y asumir las consecuencias de lo ocurrido. Kimberly Cheatle, de 53 años, había sido nombrada por el presidente Joe Biden en septiembre de 2022 para dirigir el Servicio Secreto, una agencia crucial encargada de proteger a los presidentes en funciones y anteriores. Su carrera de 27 años en la agencia incluyó roles de supervisión y participación en operativos de alto riesgo, como la protección del entonces vicepresidente Dick Cheney tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La renuncia de Cheatle ha generado reacciones encontradas en la esfera política, con Biden destacando su dedicación y servicio al país a lo largo de su carrera. Sin embargo, la presión sobre la directora durante la audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes evidenció la gravedad del fallo de seguridad en el atentado contra Trump. El expresidente, por su parte, reaccionó acusando a la administración de Biden/Harris de no haberlo protegido adecuadamente, a pesar de que Cheatle asumió la responsabilidad por lo ocurrido. Durante la audiencia, se reveló que el autor de los disparos, Thomas Matthew Crooks, fue abatido por un francotirador poco después de cometer el atentado. Cheatle no pudo proporcionar información sobre cómo el agresor logró acceder al tejado desde donde perpetró el ataque. La bala que rozó la oreja de Trump en el incidente ha vuelto a poner en el centro de la discusión el nivel de protección y seguridad en eventos políticos de alto perfil en Estados Unidos. La renuncia de Kimberly Cheatle deja un vacío en la dirección del Servicio Secreto y plantea interrogantes sobre las medidas de seguridad implementadas en futuros eventos políticos. El incidente del 13 de julio y sus consecuencias han generado un debate sobre la efectividad de las agencias encargadas de proteger a las figuras públicas en un contexto de creciente polarización política y amenazas potenciales.