Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En Venezuela, la llegada de una nueva generación de votantes ha despertado una mezcla de desconfianza y esperanza ante su primera elección presidencial. Con una historia política marcada por el chavismo desde 1999, los jóvenes venezolanos se enfrentan a un escenario incierto mientras se preparan para ejercer su derecho al voto. Carla Zambrano, estudiante de comunicación social de 22 años, expresa su intención de votar, aunque reconoce que lo hace más por deber que por convicción. En contraste, su amiga Astrid de Nobrega, de 20 años, se lamenta por no poder participar al no haberse inscrito a tiempo en el padrón electoral, marcando así el inicio de un proceso electoral lleno de obstáculos y limitaciones para los jóvenes. La posibilidad de un cambio político entusiasma a algunos, como Astrid, quien ve en la oposición una oportunidad de salir de lo que considera una dictadura. Sin embargo, la desconfianza en el sistema electoral persiste entre los jóvenes, que temen posibles manipulaciones por parte de las autoridades, como ha sido denunciado en el pasado. Con Nicolás Maduro en busca de un tercer mandato consecutivo, la participación de los jóvenes en estas elecciones se presenta como un factor clave. Históricamente menos involucrados en la política electoral, este año se registró un aumento en la inscripción de nuevos votantes jóvenes, aunque las cifras aún reflejan un escepticismo generalizado hacia el proceso. La difícil situación económica y social que atraviesa Venezuela ha motivado a muchos jóvenes a emigrar en busca de mejores oportunidades, sumando más presión a un escenario ya tenso y polarizado. La falta de perspectivas de futuro y la constante decepción ante la falta de cambios en el país marcan el discurso de una generación que ve en la emigración una vía de escape ante la incertidumbre. Por otro lado, grupos activistas ligados a distintas tendencias políticas buscan incentivar el voto entre los jóvenes, mostrando visiones divergentes sobre el futuro de Venezuela. Mientras unos confían en la continuidad del chavismo como vía de recuperación económica, otros apuestan por un cambio de rumbo que brinde nuevas oportunidades y esperanzas a la población. En medio de esta encrucijada, la decisión de los jóvenes venezolanos en estas elecciones no solo definirá el futuro político del país, sino también el destino individual de cada uno de ellos. La posibilidad de quedarse y construir un "futuro en Venezuela" choca con el temor a un escenario de continuidad que podría llevar a un éxodo aún mayor de jóvenes en busca de un horizonte más prometedor. En este contexto de desconfianza y esperanza, los jóvenes venezolanos se preparan para ejercer su derecho al voto en una elección que marcará un hito en su historia política, definiendo así el rumbo de un país en busca de un nuevo horizonte.