Bolivia y su nuevo hito en la industria gasífera: el descubrimiento en La Paz abre un nuevo capítulo económicamente prometedor.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha anunciado un hito que promete marcar un antes y un después en la historia del gas boliviano. Durante las efemérides del departamento de La Paz, Arce reveló que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la empresa estatal del petróleo, ha descubierto un impresionante yacimiento en el norte de La Paz que podría representar el inicio de una "segunda era" para la industria gasífera del país. Con 1,7 trillones de pies cúbicos de potenciales reservas, este hallazgo se posiciona como el más significativo desde 2005, despertando la esperanza y el entusiasmo de los bolivianos. Desde sus inicios en la explotación de recursos naturales no renovables en 1545 con la excavación del Cerro Rico de Potosí, Bolivia ha dependido en gran medida de su producción y exportación de gas. Durante el gobierno de Evo Morales, entre 2006 y 2019, el país se convirtió en un importante proveedor para Brasil y Argentina, generando ingresos significativos que sustentaron su economía. Sin embargo, con el paso del tiempo, los yacimientos se agotaron y la producción de gas disminuyó considerablemente, llevando al presidente Arce a afirmar que "el gas se ha agotado" y que se enfrentaban a un dilema económico. Arce señaló que las decisiones tomadas durante los gobiernos anteriores, incluyendo el de Morales en el que él mismo sirvió como ministro de Economía, contribuyeron al declive de la industria gasífera boliviana. Criticó la inversión de 500 millones de dólares en el norte de La Paz sin obtener resultados, en contraste con los 50 millones de dólares invertidos en la perforación del pozo Mayaya Centro X-1 durante su administración, que culminó con éxito. Este nuevo descubrimiento en el Subandino norte representa una oportunidad única para revitalizar la industria y abrir un nuevo capítulo en la historia del gas en Bolivia. A lo largo de la última década, Bolivia ha destinado importantes recursos a la exploración de nuevos yacimientos sin éxito, hasta ahora. Los intentos fallidos en la cuenca del Subandino sur llevaron a la creencia de que la región se había agotado, lo que hacía aún más crucial el descubrimiento en el Subandino norte. Con la posibilidad de contar con hasta 17 trillones de pies cúbicos de reservas en toda la cuenca, el potencial para el crecimiento económico y la reactivación de la industria es enorme. Sin embargo, surgirán desafíos en el camino hacia la explotación comercial de este nuevo yacimiento. La necesidad de inversiones significativas, estimadas entre 1.300 y 1.500 millones de dólares para desarrollar la infraestructura necesaria, plantea interrogantes sobre la viabilidad y el tiempo requerido para que el proyecto se materialice. Además, la crisis cambiaria actual y la falta de divisas en Bolivia pueden dificultar la financiación de esta empresa, lo que abre la puerta a la participación de empresas extranjeras, incluida la petrolera brasileña Petrobras. La visita reciente del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, a Bolivia y el acuerdo para que Petrobras retome un papel protagónico en la industria extractiva reflejan la importancia de las alianzas internacionales en este nuevo capítulo de la industria gasífera boliviana. La necesidad de flexibilizar las leyes para atraer inversiones extranjeras, combinada con la incertidumbre sobre el tamaño real de las reservas, plantea un escenario complejo para el futuro de la industria. A pesar de los desafíos, el descubrimiento del yacimiento en el norte de La Paz representa una oportunidad única para Bolivia de revivir su industria gasífera y sentar las bases para un futuro próspero.