Retos y contratiempos en construcción de refinería Dos Bocas: ¿Soberanía energética en riesgo?

Retos y contratiempos en construcción de refinería Dos Bocas: ¿Soberanía energética en riesgo?

La construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco enfrenta retrasos, fugas y sobrecostos, poniendo en entredicho la meta de soberanía energética en México. La complejidad del proyecto evidencia obstáculos hacia la producción de gasolinas nacionales y plantea incertidumbre sobre el futuro de la industria petrolera en el país.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La construcción de la tan esperada refinería Dos Bocas en Tabasco, un proyecto emblemático para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha enfrentado una serie de dificultades que han generado retrasos, fugas y sobrecostos, lo que pone en entredicho la meta de lograr la ansiada soberanía energética para el país. Desde su inicio, la edificación de este complejo industrial conformado por 18 plantas ha estado plagada de problemas tanto en la planificación como en la ejecución. A pesar de las proyecciones iniciales del mandatario, que aseguraba su culminación en tres años con un presupuesto de 8.000 millones de dólares, los datos oficiales revelan una realidad muy distinta. A punto de finalizar la actual Administración, la refinería Dos Bocas sigue en proceso de construcción y el desembolso ha superado los 16.000 millones de dólares, más del doble de lo estimado. Las complicaciones no se han limitado a los retrasos y costos excedidos, sino que también se han presentado incidentes como la reciente fuga de gas en las instalaciones de la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, que obligó a evacuar a los trabajadores de Pemex y de las empresas subcontratadas. Aunque afortunadamente no hubo heridos ni daños materiales, la operación de la planta se vio afectada, provocando una suspensión temporal de los trabajos. A pesar de que se informa que la planta combinada de la refinería Dos Bocas ya está en funcionamiento, produciendo gasolina amarga que requiere ser procesada para su uso debido a sus características de alto contenido de azufre y bajo octanaje, los desafíos persisten. El proceso de pruebas y arranque de un proyecto de esta envergadura suele llevar entre 12 y 18 meses, lo cual prolonga aún más la espera para ver sus resultados concretos. Además, la refinería Olmeca, diseñada para destilar 340.000 barriles diarios de crudo, se espera que contribuya significativamente a la meta de soberanía energética impulsada por el presidente López Obrador. Sin embargo, los retrasos en su puesta en marcha ponen en duda la prontitud con la que se alcanzarán los objetivos planteados, sobre todo teniendo en cuenta que se proyectaba una producción de 177.000 barriles diarios para el segundo semestre de este año. La escalada en los costos también ha sido notable, ya que los 8.800 millones de dólares estimados inicialmente se han visto ampliamente superados, llegando a los 16.000 millones de dólares según los reportes oficiales. Esta situación ha generado críticas y cuestionamientos sobre la viabilidad económica y la gestión de recursos en un proyecto de tanta envergadura. Por otro lado, la afirmación de que la autosuficiencia en la producción de combustibles se alcanzará a partir de 2025, a pesar de las millonarias transferencias realizadas a favor de Pemex desde 2019, plantea un panorama poco alentador en el corto plazo. Las expectativas de que México pueda cubrir su propia demanda de gasolinas se ven postergadas, lo que plantea dudas sobre la efectividad de las políticas energéticas implementadas hasta el momento. En resumen, la refinería Dos Bocas es un proyecto que ha enfrentado numerosos obstáculos y desafíos en su camino hacia la producción de gasolinas nacionales. Los retrasos, fugas y sobrecostos han puesto en evidencia la complejidad y las dificultades inherentes a la puesta en marcha de un complejo industrial de esta magnitud. Las promesas de soberanía energética aún están lejos de concretarse, generando incertidumbre sobre el futuro de la industria petrolera en México y la capacidad del Gobierno para cumplir con sus objetivos energéticos.

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