El impacto de las políticas fiscales en los más pobres: un análisis crítico

El impacto de las políticas fiscales en los más pobres: un análisis crítico

Los pobres resultan los más afectados por las cargas fiscales, lo que aumenta su empobrecimiento. Es crucial reformar el sistema fiscal para priorizar la protección de los más vulnerables y avanzar hacia un Estado de bienestar sólido en México.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

En los últimos años, se ha venido desarrollando una narrativa que plantea la idea de que los pobres son los primeros en ser considerados en las políticas fiscales. Sin embargo, un estudio reciente arroja resultados sorprendentes: los pobres parecen ser los más afectados por las cargas fiscales, lo que resulta en un aumento de su empobrecimiento o en una disminución del poder adquisitivo de aquellos con bajos ingresos después de la intervención del fisco. Esta nueva perspectiva se basa en la noción de incidencia fiscal, un concepto que ha sido analizado durante décadas por instituciones como el Banco Mundial. Este enfoque busca comprender cómo los sistemas fiscales impactan a la población en general, y en particular a los más vulnerables económicamente. En el caso de México, el gobierno realiza análisis de la incidencia de los impuestos y el gasto a través de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi. Sin embargo, existe un vacío en cuanto al cálculo de los índices sintéticos de la pobreza, que implican no solo analizar los efectos de los impuestos directos y las transferencias en efectivo, sino también evaluar la influencia de los impuestos indirectos y los subsidios en el ingreso consumible de la población. John Scott, consejero e investigador académico del Coneval, y Nora Lustig, directora del Commitment to Equity Institute de la Universidad de Tulane, son dos expertos que han abordado esta problemática de manera contundente. Ambos coinciden en que el sistema fiscal en muchos casos está empobreciendo a los más desfavorecidos, generando un efecto post fiscal que aumenta la pobreza total en lugar de mitigarla. Antes de profundizar en los resultados de este estudio, es importante entender los diferentes niveles de ingreso que experimentan las personas en situación de pobreza antes, durante y después de las intervenciones fiscales. El ingreso de mercado, sin considerar impuestos ni transferencias, es el punto de partida. Luego, el ingreso neto de mercado, que ya incluye los impuestos directos, muestra un ligero aumento en la pobreza extrema debido a la deducción de impuestos directos sobre el ingreso. El ingreso bruto, que suma las transferencias en efectivo a este ingreso neto, logra reducir la pobreza al llegar a los estratos más pobres de la población. Sin embargo, es el ingreso consumible, que considera los impuestos indirectos y los subsidios, donde se observan los mayores impactos negativos para los más pobres. Los impuestos indirectos, como los que gravan el consumo, pueden revertir los efectos positivos de las transferencias directas, resultando en un empobrecimiento neto para esta población. En este contexto, es crucial repensar la focalización de los recursos hacia la población pobre, tal como lo sugiere Nora Lustig. Asimismo, se hace necesario introducir una racionalidad basada en la evidencia para evaluar la efectividad de los programas sociales y ajustarlos en consecuencia, como menciona John Scott. Esto implica fortalecer los impuestos indirectos para aumentar la recaudación, pero también redirigir estos recursos hacia un sistema de protección social universal que beneficie realmente a los más desfavorecidos. En cuanto a las políticas futuras, el mensaje es claro: el próximo gobierno tiene la oportunidad histórica de reformar el sistema fiscal para aumentar la recaudación y la progresividad de los impuestos, al mismo tiempo que prioriza el gasto en la erradicación de la pobreza extrema y la provisión de servicios públicos de calidad. Solo a través de un enfoque inclusivo y equitativo se podrá avanzar hacia la construcción de un Estado de bienestar sólido que garantice condiciones de vida dignas para toda la población. En conclusión, es fundamental que las decisiones fiscales y presupuestarias se orienten hacia la reducción de la desigualdad y la protección de los más vulnerables. Solo así se podrá lograr un verdadero progreso social y económico que beneficie a toda la sociedad mexicana.

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