Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Cuba se encuentra sumergida en una profunda crisis económica que ha llegado a tal extremo que las propias autoridades del país han declarado que viven en una "economía de guerra". Este término, que evoca imágenes de escasez, control estatal y medidas extremas, ha despertado diversas reacciones entre la población cubana, que lleva años enfrentando dificultades como la falta de alimentos, salarios insuficientes y precios desorbitados. El anuncio de la "economía de guerra" realizado por el Gobierno cubano en una reciente reunión del Consejo de Ministros ha generado más incertidumbre que temor entre los ciudadanos. Y es que la crisis económica en la isla no es algo nuevo, sino que se arrastra desde la pérdida de la ayuda económica soviética en los años noventa, de la cual Cuba nunca logró recuperarse. La escasez y la precariedad son realidades cotidianas para la población cubana, por lo que el nuevo término utilizado por las autoridades no parece cambiar sustancialmente la situación. Para algunos expertos, como Ricardo Torres, exinvestigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, el término "economía de guerra" podría ser una estrategia del Gobierno para justificar medidas impopulares, como recortes de gastos y aumentos de impuestos. Torres sostiene que la combinación de factores internos y externos ha llevado a Cuba a esta situación de crisis económica, que no ha sido adecuadamente gestionada por las autoridades. Omar Everleny Pérez Villanueva, exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, considera arriesgado el uso de este término, ya que podría incentivar la emigración y desalentar a posibles inversionistas extranjeros. Además, advierte que las medidas anunciadas, como el control de precios y los recortes presupuestarios, podrían afectar negativamente a las pequeñas y medianas empresas privadas en la isla. El sector privado en Cuba se ha mostrado preocupado por las nuevas medidas, especialmente por el impacto que podrían tener en sus negocios. Las restricciones y controles impuestos por el Gobierno podrían limitar la oferta de productos y servicios, aumentando la escasez y afectando el poder adquisitivo de la población, que ya se encuentra en una situación precaria. Los analistas coinciden en que las medidas anunciadas buscan aumentar el control del Estado en la economía, en un intento por mantener un equilibrio entre el sector privado y el estatal. Sin embargo, muchos consideran que estas medidas son parches temporales que no abordan las causas estructurales de la crisis, como la necesidad de reformas en las empresas estatales y la incentivación de la producción agrícola y manufacturera. La crisis económica en Cuba se ha agudizado en los últimos años, alcanzando niveles que superan a los vividos durante el llamado Periodo Especial en los noventa. La solicitud de ayuda urgente al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para garantizar leche a los niños menores de siete años evidencia la gravedad de la situación en la isla. La inflación, la contracción económica y la depreciación de la moneda cubana son solo algunos de los indicadores de la crisis que ha sumido a Cuba en la miseria. A pesar de los intentos del Gobierno por implementar medidas paliativas, como los topes de precios y los recortes presupuestarios, la crisis económica en Cuba parece lejos de encontrar una solución definitiva. Los expertos coinciden en la necesidad de implementar reformas estructurales que impulsen la producción y la economía del país, en lugar de seguir aplicando medidas coyunturales que no abordan las causas de fondo. En este contexto de incertidumbre y precariedad económica, la población cubana continúa enfrentando dificultades para acceder a alimentos, medicinas y bienes básicos, mientras el Gobierno intenta mantener el control y encontrar un equilibrio entre el sector estatal y el privado. La "economía de guerra" en la que se encuentra inmersa Cuba parece ser el reflejo de una crisis prolongada y profunda, que requiere soluciones estructurales y un enfoque a largo plazo para lograr una verdadera recuperación económica y social en la isla.